En 2010, México destinó 778.5 millones de dólares a la atención de la diabetes y sus complicaciones, las muertes prematuras y discapacidades por esta causa, con lo que ocupa el décimo sitio entre los países del mundo que realizan el mayor gasto en este rubro. Aunque el nivel de inversión no se correlaciona con un buen control del mal y buena calidad de vida para los afectados.

Por el contrario, la diabetes está fuera de control en el país, con sólo 5 por ciento de pacientes que reporta niveles adecuados de azúcar en sangre. Por eso, 92 por ciento del dinero se va a servicios médicos que requieren diabéticos no controlados, es decir, la atención por complicaciones como insuficiencia renal, neuropatía, amputaciones y problemas de la vista, entre otros.

Estos son resultados del trabajo de investigación sobre farmacoeconomía en diabetes que realiza Armando Arredondo, del Instituto Nacional de Salud Pública, quien advirtió que por el incremento en el número de enfermos, en los costos de la atención médica (estudios clínicos y medicinas), entre otros, el monto de la inversión nacional crecerá 50 por ciento entre 2009 y 2012.

El experto presentó una ponencia en el taller Farmacoeconomía, organizado por el laboratorio farmacéutico Sanofi Aventis, donde resaltó la importancia de frenar el problema, así como fortalecer acciones de prevención y en todo caso, realizar su diagnóstico en etapas tempranas. De seguir la tendencia actual de crecimiento del mal, en la próxima década México se ubicará en el quinto o sexto lugar a escala mundial, dijo.

Además de los pacientes que están en tratamiento médico pero no logran niveles normales de glucosa, están aquellos que desconocen su situación. Arredondo señaló que entre 30 y 55 por ciento de los afectados se enteran hasta que aparecen complicaciones.

Los resultados de las investigaciones del especialista y su equipo se han difundido en diferentes revistas internacionales. La próxima actualización de datos aparecerá en la edición de junio de 2011 de Value in Health, publicación de la Sociedad Internacional para Investigaciones farmacoeconómicas. Al desglosar el monto que el país destina a atender la diabetes, resulta que más de la mitad (52 por ciento) proviene del bolsillo de las personas, 30 por ciento lo aporta el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), 11 por ciento la Secretaría de Salud y 7 por ciento el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE); y es probable que el dinero proveniente de las familias alcance el nivel de catastrófico por ser de más de 30 por ciento de sus ingresos.

De los 778.5 millones de dólares que México invierte en la atención de la diabetes, primera causa de muerte a escala nacional, más de la mitad –435.2 millones– corresponden a gastos indirectos, principalmente costos de discapacidades permanentes que causa el padecimiento (ceguera, amputaciones, insuficiencia renal crónica, afecciones cardiovasculares y neuropatía) que absorbieron 409.2 millones de dólares.

Las muertes prematuras significaron un gasto de 19.6 millones de dólares y las discapacidades temporales 6.3 millones de dólares en el mismo año.

En cuanto a costos directos, que ascendieron a 343.2 millones de dólares en 2010, Arredondo explicó que 33 por ciento se fue a la atención de las cinco principales complicaciones, pero la de mayor requerimiento financiero es el daño renal.

Otro 17 por ciento se asignó a consultas médicas, 38 por ciento al pago de fármacos y 12 por ciento a hospitalizaciones.

El investigador subrayó la importancia de que los tomadores de decisiones en el país consideren esta información para aplicar medidas que lleven al control de la enfermerdad y sobre todo a duplicar la inversión en prevención y promoción de la salud.