El gobierno federal, indolente en el reporte sobre la situación, considera DRI
El país no ha logrado que se inserten socialmente a dichas personas, señalan activistas
Viernes 13 de mayo de 2011, p. 44
En México persisten flagrantes violaciones a los derechos humanos de las personas con alguna incapacidad mental o de otra índole, señalaron los directores ejecutivo y en México de la asociación Disability Rights International (DRI), Erick Rosenthal y Sofía Galván.
Inclusive, en diversas instituciones existe discriminación
y hasta un reconocimiento explícito de incapacidad para atender a niños, jóvenes y adultos en situación de calle y que por el consumo de diversas drogas presentan enfermedades sicosociales o de otra índole, indicó Luis Enrique Hernández, de la asociación El Caracol.
En rueda de prensa, donde presentaron de nueva cuenta el video que da testimonio de la reclusión, segregación, abuso y abandono que en instituciones siquiátricas y otras del país padecen niños, adultos y ancianos afectados por alguna incapacidad, Sofía Galván lamentó la indolencia del gobierno federal al ignorar el reporte que DRI presentó sobre el tema en noviembre pasado.
Dicha agrupación, que en 16 años se ha dedicado a documentar abusos contra los niños y niñas de más de 25 países de América, Europa del Este, Medio Oriente y Asia, refirió la paradoja que se vive en México, pues si bien en 2001 el país fue el promotor de la Convención Internacional de los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad, en Naciones Unidas, ha quedado a la zaga en hacer valer las garantías individuales de ese grupo de personas, mientras que desde 2006 esa convención se ha ganado el mayor apoyo de la comunidad internacional.
De hecho, Rosenthal señaló que han habido avances significativos en países como Argentina y otros de América Latina para restructurar su sistema de atención y dirigirlo hacia un servicio comunitario, donde los discapacitados se puedan incluir como parte de la sociedad.
En cambio en México, indicó Rosenthal, niños y niñas son víctimas de trata o desaparición de las instituciones, como es el caso de Casitas del Sur; de condiciones abusivas e indignantes de trato
; de ausencia de apoyo o servicios comunitarios, así como de discriminación de menores en situación de adopción y reubicación.
Hernández dio testimonio de cómo los menores de edad en situación de calle son discriminados en instituciones federales y locales de los mismos hospitales siquiátricos, no obstante que presentan estados de sicosis y discapacidad motriz por el consumo de activos.
Rosenthal dijo que esto obedece a la forma cómo se aborda la problemática, no por la falta de dinero, el cual se ha incrementado pero para la construcción de hospitales más modernos que sin embargo no han significado la alternativa adecuada para que se reinserten socialmente a quienes padecen una incapacidad mental, a pesar de las posibilidades que tienen de lograr una vida digna.
Prueba de ello, fue el testimonio de Ildemaro Correa Zavala, del Colectivo Chuhcan, quien con el apoyo de diversas redes no sólo concluyó su carrera como compositor, en la Escuela Superior de Música del INBA, sino también ha sido reconocido con diversos premios, gracias al papel que la comunidad jugó en su rehabilitación.