Misurata, 8 de mayo. Tropas gubernamentales y comandos rebeldes combatieron hoy durante varias horas por el control de este puerto del oeste del país, sin que las fuerzas oficiales hayan logrado desplazar a los opositores armados, que desde hace cerca de dos meses tienen el apoyo aéreo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

El más intenso intercambio de disparos tuvo lugar en la zona oeste de Misurata, el más importante bastión de los insurrectos en la región occidental de Libia, asediado desde hace siete semanas por el ejército.

En el puerto, el fuego siguió hoy consumiendo depósitos de combustible que el sábado fueron blanco de cohetes disparados por comandos de la artillería gubernanental. Una enorme columna de humo se mantuvo durante el día.

Pequeños grupos de combatientes rebeldes se dedicaron este domingo a desactivar la mayoría de las 26 minas que soldados dejaron caer sobre el mar desde helicópteros, el jueves por la noche, en las inmediaciones de la infraestructura portuaria.

El autoproclamado gobierno de transición anunció hoy que Italia entregará armas para las fuerzas rebeldes, aunque las definió como material de autodefensa.

La entrega de este armamento supone una violación a la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, que impuso un embargo de armas a Libia, pero no hubo pronunciamientos al respecto por parte de Trípoli.

Italia, que ocupó Libia al inicio de la Segunda Guerra Mundial, colabora en el entrenamiento militar de los combatientes rebeldes en campos cercanos a la sede del Consejo Nacional de Transición, en Bengasi. Francia y Gran Bretaña fueron los primeros países en apoyar la preparación de los opositores en su guerra contra Muammar Kadafi, líder de la revolución antimonárquica de 1969.