La disputa por la dirigencia del Partido de la Revolución Democrática (PRD) entre grupos ligados a la Universidad de Guadalajara (UdeG) podría derivar en la salida de líderes regionales de izquierda y miles de militantes si el 22 de mayo Roberto López –secretario general del sindicato de esa casa de estudios– es electo presidente del perredismo local.

 Enrique Alfaro, alcalde de Tlajomulco –tercer municipio en importancia de Jalisco– asegura que su partido se ha convertido en un apéndice del grupo político que controla la UdeG, cuya cabeza es el ex rector Raúl Padilla.

El PRD llegó a tener en jalisco 20 por ciento de la preferencia electoral en 1988 y en 2006, con Andrés Manuel López Obrador. Tres años después cayó a la cuarta posición, detrás del Partido Verde Ecologista de México, y no pudo colocar regidores en los municipios de Guadalajara, Zapopan y Tlaquepaque.

Alfaro construyó paralelamente su proyecto político en torno al ayuntamiento de Tlajomulco, y expone la paradoja en que se encuentra su partido: Hemos construido el nuevo rostro del PRD en la entidad, a pesar de que, curiosamente, hemos tenido a nuestro peor enemigo en el PRD y en el grupo que lo controla.

–¿Raúl Padilla es su rival por la gubernartura del estado?

–Ha quedado de manifiesto que este grupo utiliza al PRD como carta de negociación en la medida en que es un partido chiquito. Lo mismo se acomoda para servirle al PRI (Partido Revolucionario Institucional) que al PAN (Partido Acción Nacional) y se ha convertido simplemente en un partido al servicio de una mafia.

Al frente del PRD de Jalisco está Antonio Magallanes, hombre leal a Jesús Ortega que también dirigió el sindicato de la UdeG y ha sido operador para imponer a Roberto López.

Raúl Padilla controla los espacios de representación del partido. Lo absurdo es que tiene un compromiso de trabajo abierto con el PRI. Desde su dirigencia, el PRD se ha puesto al servicio de los intereses de una persona que cuando le conviene negocia con el PRI, con el PAN o el gobierno del estado, señala Alfaro.

–¿Hay dos PRD en Jalisco? ¿Cuál debe imperar?

Ya lo expresé, no sólo al dirigente nacional del PRD, sino a los principales liderazgos de la izquierda en este país. Lo he platicado con Andrés Manuel López Obrador, Jesús Zambrano y Marcelo Ebrard: desde Tlajomulco, construyendo un proyecto para que la izquierda tenga posibilidad de competir con éxito en 2012.

“Y teniendo la posibilidad de convertir la izquierda en una opción atractiva para los jaliscienses, tenemos enfrente al PRD tratando de descarrilar nuestro proyecto. Hemos expresado a todos los dirigentes nacionales de la izquierda que si no hay una solución inmediata antes del 22 de mayo, fecha en que se pretende imponer al nuevo dirigente estatal del partido, muchos presidentes municipales, consejeros estatales y miles de militantes del PRD dejaremos de ver en este partido la posibilidad de construir una opción de izquierda para Jalisco.

–¿Hay inquina de un sector del PRD?

–El PRD en Jalisco está secuestrado por una mafia; ya hipotecó su futuro con el PRI. Raúl Padilla, jefe de la universidad, tiene un acuerdo con el PRI para 2012, y su hermano Trinidad Padilla López es la carta con que están jugando para que él sea candidato a la presidencia municipal de Guadalajara. El compromiso de ellos es que yo por ningún motivo sea candidato a gobernador por el PRD y garantizar con esto que no se vaya a dividir el voto antigobierno, que ha tomado una fuerza muy grande en Jalisco.

–¿Provienen del grupo de la UdeG los señalamientos contra usted por supuestos vínculos con el narcotráfico?

–Los ataques contra el municipio de Tlajomulco provienen de la dirigencia  estatal del PRD. Ni el PRI ni el PAN nos han golpeado. Todas las decisiones que se toman en el municipio de Tlajomulco se votan por unanimidad. Somos el gobierno mejor evaluado de la zona metropolitana; se ha construido una imagen y una identidad propias, pero tenemos a nuestro enemigo en el PRD, que nos ha acusado de nexos con el crimen organizado. Ya pasaron límites que no están en el terreno de una disputa política. No podemos participar en un partido cuya dirigencia tiene como propósito atacarnos.

–¿El gobierno estatal o el federal han presentado pruebas de estas acusaciones?

–No existe absolutamente. ninguna prueba. Yo ya demandé a estas personas ante la procuraduría por difamación. Es absurdo. Si tuviera algún fundamento podría haber sido aprovechado por el resto de las fuerzas políticas. Sólo manifiesta el temor que tiene Raúl Padilla por el crecimiento de este proyecto político. Este es el tono de guerra sucia que tendremos en la campaña, pero lejos de habernos golpeado, nos fortalece.