Ginebra, 8 de mayo. Las obras de algunos de los más grandes artistas modernos e impresionistas saldrán a subasta los días 21 y 22 de junio en Londres, tras el cierre de la galería del difunto marchante de arte suizo Ernst Beyeler, anunció el domingo la casa Christie’s.

Entre las pinturas, esculturas y dibujos de la colección privada de Beyeler y su esposa Hildy figuran obras de Monet, Gauguin, Renoir, Toulouse-Lautrec, Picasso, Matisse, Kokoschka, Klee, Léger, Dubuffet y Roy Lichtenstein, según la firma.

Ernst Beyeler, quien murió a los 88 años el 25 de febrero de 2010, menos de dos años después que su esposa, Hildy, constituyó una de las colecciones de arte más importantes del siglo XX.

El ojo de Beyeler modeló el gusto de numerosas generaciones de especialistas y de coleccionistas, declaró Jussi Pylkkaenen, presidente de Christie’s Europa, Oriente Medio y Rusia.

Comprar en la galería de Beyeler significaba comprar el mejor modernismo del siglo XX, y era adquirir lo mejor, agregó.

Economista de formación, el hombre de negocios empezó a apasionarse por el arte en la década de 1940 en una librería de su ciudad natal de Basilea, propiedad de un judío alemán refugiado en Suiza. A la muerte del propietario, Beleyer compró la librería y la transformó en galería de arte con su esposa Hildy.

Tras una primera exposición de estampas japonesas en 1947, unas 16 mil obras de arte, entre ellas las de los más grandes nombres de la pintura moderna, pasaron por sus manos en medio siglo.

En los años 1960, compró unas 340 obras de Paul Cézanne, Paul Klee, Claude Monet, Pablo Picasso, Henri Matisse, Fernand Léger, Piet Mondrian y Georges Braque procedentes de la colección Thompson en Estados Unidos.

Su notoriedad y relaciones de amistad con el medio artístico eran tales que Pablo Picasso le permitió llevarse 26 obras durante una visita que hizo en 1966 al estudio del pintor español, en Mougins, al sur de Francia, subrayó la fundación.

En 1982, los Beyeler crearon una fundación, cuya colección fue mostrada al público por primera vez, siete años más tarde, en Madrid.