El León de Oro se entregará a la estadunidense Sturtevant y al austriaco Franz West
Con el título ILUMInaciones se realizará del 4 de junio al 27 de noviembre
El pabellón mexicano en el encuentro estará representado por Melannie Smith
Sábado 7 de mayo de 2011, p. 5
Venecia. En Italia se prepara la máxima cita del año dedicada al arte contemporáneo: la versión 54 de la Bienal de Venecia que, con el título ILUMInaciones, se desarrollará del 4 de junio al 27 de noviembre.
La curaduría está a cargo de la suiza Bice Curiger (1948), cofundadora de la revista Parkett –y curadora desde 1993 de la Kunsthaus de Zurich– quien, según la revista Art Review, ocupa al sexto lugar en la lista de máximos expertos en el mundo del arte.
La presidencia de la Bienal de Venecia, encabezada por Paolo Baratta, a partir de la propuesta de Bice Curiger, ha asignado el León de oro a la estadunidense Sturtevant y al austriaco Franz West, por la singularidad y la especial actualidad de su contribución al arte contemporáneo, y por haber desarrollado una obra rica y llena de fuerza, que invita a ver la producción artística en conexión con otros ámbitos intelectuales
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El reconocimiento será entregado a los dos artistas el sábado 4 de junio, a las 12 horas, en el curso de la premiación e inauguración de la bienal.
Cuestionamiento a la singularidad
Sturtevant, quien nació en 1930 en Lakewood, Ohio, Estados Unidos, vive y trabaja en París. Su quehacer, que hasta los años 80 del siglo pasado había quedado en la sombra, fue anticipatorio del arte conceptual: cuestionó precozmente el concepto de singularidad y originalidad de la obra, reproduciendo creaciones de Marcel Duchamp, Frank Stella, Andy Warhol, Joseph Beuys y, recientemente, de Felix Gonzalez-Torres y Paul McCarthy. Su interés no ha sido sublimar el original sino denunciar la pereza intelectual inducida por los mecanismos habituales de exposición y fruición del arte.
Franz West nació en Viena, en 1947, donde vive y trabaja. Es uno de los artistas contemporáneos más relevantes en el ámbito de la escultura, pero incursiona también en el collage y la instalación.
Sus primeras obras, Adaptives, son pequeñas esculturas manejables que se completan al contacto con el cuerpo del espectador. Su trabajo que mira al obsoleto y al indefinido, se relaciona con las teorías del cuerpo, del sicoanálisis, la literatura, la filosofía, de modo grotesco y desordenado
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En 2009, West presentó su primera exposición latinoamericana en el museo Tamayo de la ciudad de México, con 21 obras.
Asimismo, falta por asignar el León de Oro al mejor artista en la muestra Iluminaciones; León de Plata para una joven promesa y León de Oro a la mejor participación nacional, que será designado por un jurado integrado por Hassan Khan (Egipto), Carol Yinghua Lu (China), Letizia Ragaglia (Italia), Christine Macel (Francia) y John Waters (Estados Unidos).
88 pabellones y 82 artistas
Las dificultades presupuestales para la Bienal de Venecia, reducidas a la mitad respecto al año pasado (el Estado contribuirá sólo con 2.5 millones de euros), no detienen la máquina de la manifestación que tendrá que compensar con financiamientos privados y que por el momento anota nuevos récords con la presencia de 88 pabellones nacionales (en la pasada edición fueron 77) y 82 artistas de los cuales más de la tercera parte son jóvenes nacidos después de 1975.
A ello se agregan los 37 Eventos Colaterales organizados por instituciones internacionales diseminados en toda la ciudad.
El pabellón mexicano será representado por la inglesa Melanie Smith (1965) naturalizada mexicana y residente en la ciudad de México desde 1989.
Las hibridaciones no son sólo geográficas, sino también temporales: Curiger ha incluido entre sus artistas
tres telas del veneciano Tintoretto (1518-1594), las cuales serán exhibidas en el Pabellón Central de los Jardines (Última Cena, Traslación del cuerpo de San Marcos y Creación de los animales).
Al respecto, Curiger justifica esa elección: Estas pinturas pertenecen a uno de los mayores artistas experimentales en la historia del arte italiano, dan una apariencia especial en la actualidad gracias a una luz casi febril, extasiada con un temerario acercamiento a la composición que vuelca la nitidez, el orden clásico del Renacimiento. Estas obras jugarán un lugar preeminente al establecer una relación artística, histórica y emocional del contexto local
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La participación latinoamericana es amplia en cuanto a pabellones, pero no en la selección de Curiger, pues apenas suman cuatro artistas, entre ellos dos mexicanos que viven en Europa: Mariana Castillo Deball (1975) y Gabriel Kuri (1970).