Washington, 29 de abril. Barack Obama reconoció que no había visto nunca una devastación así, tras visitar el sureño estado de Alabama para evaluar los efectos de los tornados y tormentas, que en los últimos días han matado más de 300 personas en siete estados del sureste de Estados Unidos. Una valoración preliminar de Eqecat, firma especializada en estimación de riesgos, manifestó que los daños podrían ascender a entre 2 mil y 5 mil millones de dólares.

El presidente y su familia visitaron la ciudad universitaria de Tuscaloosa, Alabama, el estado más golpeado por los tornados, para conocer de cerca las operaciones de auxilio.

A bordo del Air Force One, el presidente sobrevoló la zona para obtener una visión clara de la devastación.

Quiero hacer un compromiso con las comunidades de aquí. Vamos a hacer todo lo posible para ayudar en la reconstrucción, expresó Obama después de recorrer barrios arrasados.

No podemos traer de regreso a los que se han ido, están junto a Dios en este momento. Pero el daño a la propiedad, que es obviamente amplio, es algo respecto de lo cual podemos hacer algo, añadió.

Además de recorrer algunas zonas perjudicadas en ese estado, Obama se reunió con familias afectadas y funcionarios estatales, encabezados por el gobernador de Alabama Robert Bentley.

Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca, dijo que Obama quiere mostrar al resto de Estados Unidos el sufrimiento que una tormenta como ésta implica para tantas familias.

Esta mañana la desesperación era patente en las caras de los residentes de Alabama, Misisipi, Tenesí, Arkansas Georgia, Virginia, Oklahoma y Luisiana, quienes rescataban lo que quedó de sus hogares, empresas y escuelas; trataban de salir del shock, luego del paso de los tornados.

En Alabama la cifra de muertos ascendió a 210, con más de mil 700 heridos y un millón de personas sin electricidad, que podrían ver el servicio restablecido en un par de días.

Mientras continúan las tareas de búsqueda de desaparecidos, las autoridades advierten que el número definitivo de muertes probablemente no se conocerá sino hasta dentro de varios días.

El desastre, calificado como el peor en Estados Unidos desde el huracán Katrina en 2005, costará miles de millones de dólares.