Este sábado expondrá su título ante el mexiquense Adrián Hernández
Baby Luis V se coronó después de 16 años y de sufrir 20 derrotas
Sábado 30 de abril de 2011, p. a15
La fuerza física o una buena pegada no son suficientes en un ring. También se necesita inteligencia y fortaleza mental, dice el campeón mundial minimosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Gilberto Keb Baas, quien sabe muy bien de eso porque logró alzar el cinturón verde después de 20 derrotas, 16 años de carrera profesional y sufrir la frustración de tres de sus hermanos, que nunca lo consiguieron.
Los que me conocen saben que soy un boxeador de cabeza fría, que no se desespera, y es lo que me ha sacado adelante en estas peleas
, afirma el yucateco de hablar pausado.
Mantener la calma es la clave, asegura Baby Luis V y la frase que predica bien se aplica a su vida entera. Veinte veces cayó en el cuadrilátero y volver a casa “la verdad era muy triste porque yo no quería perder, pero iba como invitado a la fiesta de otros y aunque ganaba nunca me daban la decisión.
Fue muy difícil. Sin embargo, me di cuenta de que lo complicado no es caer sino levantarse. Y ahora no sólo soy grande por ser campeón del mundo sino por haberme levantado cada vez que me caí.
Su vida cambió hace un año cuando su padre, el ex pugilista apodado Baby Luis, estuvo al borde de la muerte y eso lo hizo tomar conciencia de que no había podido ver a ninguno de sus hijos –Baby Luis II, III y IV– con el ansiado fajín.
Entonces decidió “ir por las cosas y no esperar a que lleguen. Hubo un momento en que dije ‘ya no quiero perder más’. Yo nunca había querido perder pero las circunstancias se dieron porque nunca tuve un promotor. (Después) se me presentó la oportunidad de ser campeón del mundo y no la quise dejar ir por nada, le eché toda la entrega, todo el corazón, puse todo todo de mi parte y así fue”.
El pasado 20 de noviembre derrotó al jalisciense Omar Niño por decisión, en Mérida, y pudo ponerse por primera vez el cinturón. El 26 de febrero hizo su primera defensa ante José Antonio Aguirre y este sábado volverá a poner su título en juego ante el mexiquense Adrián Hernández, un viejo conocido con quien cayó en 2008.
Keb recuerda que entonces él era monarca mosca de la NABF, avalada por el CMB, y a cuatro días del combate cancelaron la función y le ofrecieron pelear contra Hernández, en minimosca; es decir casi dos kilos por debajo.
“Hice todo lo posible por dar el peso, casi lo di, me pasé 400 gramos y aún así se llevó a cabo la pelea. Realmente estaba muerto, no podía caminar ni hablar, tenía calambres en los pies, en las manos, y subí con el estómago lastimado, con temblores.
Por eso en cada golpe que me daba caía, pero mi corazón quería seguir luchando. Al final fue mi entrenador quien detuvo la pelea.
Baby Luis V relata que como él, son muchos los púgiles que naufragan entre combates desnivelados y maltratos por no tener un promotor.