México no podrá salir de un entorno de violencia si las condiciones de desigualdad e injusticia social no se erradican, aseguraron especialistas. Afirmaron que la muerte a golpes de más de 130 de las 183 personas asesinadas en San Fernando, son ejemplo de que los límites se han roto. Enfrentamos un contexto de extrema crueldad, con comportamientos sociópatas y narcisistas de los homicidas, para quienes la relación con los otros se define por sus actos de violencia.

Aseguraron que las personalidades sociópatas están muy ligadas a su historia de vida. Si hubo o no un entorno de afecto, de seguridad, de formación de valores y respeto a la vida, ven a sus víctimas como personajes de videojuegos, sin ninguna dignidad, y a quienes se puede matar, una y otra vez, porque al final no pasa nada y siempre hay más contra quienes dirigir su agresión.

María Elena Sánchez Azuara, profesora-investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana y especialista en salud y estrés, afirmó que cuando un ser humano no tiene respuesta a sus necesidades básicas de afecto, salud, educación y empleo digno, se genera una enorme frustración. Y si a esto se suma un contexto de violencia donde el único código que vale es el de la agresión, la imposición de la fuerza y el temor se convierte en vía para la afirmación de la identidad.

Amalia Gómez Cotero, experta en sicología clínica y sicoanálisis del Instituto Politécnico Nacional, señaló que tras confirmarse que al menos 80 por ciento de las víctimas localizadas en las fosas clandestinas de San Fernando fueron torturadas y ejecutadas a golpes por integrantes de Los Zetas, podemos concluir que se trata de personas con claro perfil sociópata, donde no hay valores ni diferencia entre bueno y malo. Tampoco existen sentimientos de culpa, lo que genera una personalidad extremadamente peligrosa.

Por su parte, José Luis Piñeiro, especialista en temas de seguridad nacional, consideró que hay dos escenarios posibles que explican la saña utilizada para ejecutar a las personas halladas en las fosas clandestinas.

Una, sostuvo, es que se trate de una forma de amedrentar a los migrantes que circulan por San Fernando, ya que la violencia es una forma de paralizar a la sociedad civil. De esta manera los criminales evitarían que la gente se atreva a denunciarlos ante el gobierno y así pueden seguir operando con tranquilidad.

Otra es que Los Zetas hayan preferido matar de esta forma a sus víctimas para evitar hacer demasiado ruido con las detonaciones de sus armas, lo cual podría delatarlos, agregó.