Bruselas, 27 de abril. La Unión Europea anunció hoy que estudia todas las opciones para sancionar al gobierno sirio por la manera violenta con la que, dijo, busca contener las manifestaciones, mientras Francia, España, Gran Bretaña, Italia y Alemania, convocaron a los embajadores de Siria para comunicarles las condenas a la represión, que se mantuvo hoy con el refuerzo de las tropas en los focos de protesta, según denuncias de activistas citados por las agencias de prensa internacionales.

El Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) no consiguió un acuerdo para condenar la represión de las autoridades sirias contra los manifestantes, ante el bloqueo de Rusia y China de una declaración propuesta por Gran Bretaña, Francia, Portugal y Alemania.

El embajador sirio ante la ONU, Bashar Jaafari, rechazó toda investigación internacional en su país. Lamentamos lo que ocurre, pero deben convenir en que estos disturbios y motines, en algunos aspectos, esconden otras intenciones.

En Siria 230 miembros del partido Baaz, en el gobierno, anunciaron su dimisión en protesta por la represión de las fuerzas de seguridad en contra de las manifestaciones que demandan reformas democráticas, mientras continúan las movilizaciones en varias ciudades del país.

Las prácticas de las fuerzas de seguridad contra ciudadanos desarmados en Banias y en las aldeas vecinas, especialmente en Baida, son contrarias a los derechos humanos y al ideario del partido, dijeron en un texto recibido por Afp.

Los dimisionarios, 200 de ellos de la zona de Huran, que comprende Deraa y sus alrededores, y 30 de la región de Banias, lamentaron los cateos de casas y los disparos indiscriminados contra la gente, las viviendas, las mezquitas y las iglesias.

Desde que comenzaron las manifestaciones, el 15 de marzo, han muerto unas 453 personas, señaló el Observatorio sirio de Derechos Humanos, con base en Londres.

A su vez, más de 150 opositores sirios, que guardaron anonimato por seguridad, llamaron al gobierno a realizar un cambio verdaderamente democrático, al advertir que los manifestantes podrían llevar a cabo una revolución popular que derrocará al régimen y acabará en este cambio tras un periodo de violencia y disturbios”.

En Yemen, unas 15 personas murieron y más de 130 resultaron heridas en protestas para pedir las renuncia del presidente Alí Abdalá Saleh, la mayoría de las víctimas eran de Saná.

En Adén hubo enfrentamientos entre efectivos y manifestantes que habían proclamado el día de la desobediencia civil, con saldo de un fallecido, mientras en Taiz también hubo marchas de la oposición.