Intolerancia y complicidad
n este día, cuando hasta los violentos debían descansar, ofrecemos algunas muestras de intolerancia, complicidad y arrepentimiento.
Comencemos con el cardenal de Puerto Rico, Luis Aponte Martínez, quien exigió a su paisano Ricky Martin, dar ejemplo a la juventud de los valores que todos compartimos
. Agregó el purpurado que fomentar la homosexualidad o la promiscuidad sexual entre nuestros jóvenes, ciertamente es inmoral, sin importar de dónde venga
, en abierta crítica a MÁS, el nuevo espectáculo que el cantante presenta por América y España y al hecho de que Ricky declaró ser homosexual. No soy monedita de oro para caerle bien a todos
, fue su respuesta a la exigencia del cardenal.
Otro prelado, Roger Vangheluwe, antiguo obispo de la ciudad de Brujas, en Bélgica, justificó los abusos sexuales que cometió durante dos años contra uno de sus sobrinos diciendo que todo empezó como un juego. Como en todas las familias, cuando venían de visita, mis sobrinos dormían en casa. Nunca hubo ni violación ni violencia física. Jamás me vio desnudo ni hubo penetración. Lo ocurrido fueron hechos superficiales
. El obispo no responderá ante la justicia belga, porque los delitos prescribieron, pero el repudio de la sociedad ha sido unánime. Hasta de los prelados que lo protegieron cuando se supo de esos abusos.
En México, otro obispo, el de Colima, José Luis Amezcua, salió en defensa de Audón Serratos Zepeda, el sacerdote de su diócesis acusado de pederastia en Estados Unidos por abusar de una menor. Ya fue perdonado por sus pecados y, por tanto, continuará ejerciendo su vocación sacerdotal
. Dijo el obispo. Y explicó que la acusación no puede considerarse pederastia, puesto que la menor ya contaba con 15 años de edad y el delito se comete cuando un varón adulto abusa de un niño
. El prelado agregó que el caso citado es parte de una campaña contra la Iglesia. Todos los días los vemos en los medios de comunicación donde se señala y magnifica con saña cualquier error
. Cabe señalar que en México 16 clérigos involucrados en delitos de pederastia siguen prestando sus servicios religiosos. Ninguno ha sido llevado ante la justicia.
Aunque tarde, Francisco Javier Errázuris, obispo de Santiago, la capital de Chile, pidió perdón a las víctimas de los abusos sexuales cometidos por Fernando Karadima, sacerdote que por lustros fue el guía espiritual de la clase adinerada de esa ciudad. El obispo reconoció haber cometido una grave falta de omisión al no atender las denuncias que oportunamente se hicieron contra el citado pederasta. Según datos de la Iglesia de Chile, en los años recientes se pudo comprobar que 20 sacerdotes cometieron el delito de pederastia, pero apenas cinco fueron condenados por la justicia de ese país.