Río de Janeiro, 21 de abril. La Orquesta Sinfónica Brasileña (OSB), de Río de Janeiro, una de las más importantes del país, está en silencio: sus músicos se niegan a tocar bajo la batuta del director Roberto Minczuk y casi la mitad de ellos fueron despedidos.

La crisis en que se encuentra la orquesta, que festejó 70 años en 2010, comenzó el 6 de enero.

La Fundación OSB, bajo la dirección de Minczuk, anunció que todos los músicos debían volver a pasar por pruebas con el pretexto de montar una orquesta de excelencia, declaró Deborah Cheyne Prates, presidenta del sindicato de músicos profesionales, a la prensa extranjera.

Los músicos se rehusaron alegando que todos ya pasaron por pruebas para ingresar (al grupo) y que el jefe de la orquesta podría evaluarlos en cada ensayo, afirmó la violinista de la OSB.

Pero esa fundación, cuyo presupuesto asciende a unos 22 millones de dólares y es controlada por la alcaldía, el banco de fomento BNDES y la minera Vale, mantuvo las pruebas, agregó.

De los 79 músicos de la OSB que reclamaban la salida de Minczuk, 44 boicotearon las pruebas y 33 de ellos fueron despedidos por indisciplina.

Hoy, la OSB es una isla desierta, subrayó Cheyne.

No se trata solamente de una evaluación (...) sino de un proyecto más amplio que implica un nuevo contrato, una nueva normativa interna donde los músicos de la OSB tendrán los mejores salarios del país y de América Latina, se defendió Minczuk en entrevista con el diario Folha de Sao Paulo.

Estas resistencias limitan el progreso de la orquesta. (...) Los directores invitados que venían a dirigir obras importantes se quejaron de que la OSB no estaba preparada. Muy pocos músicos estudian antes del primer ensayo general, afirmó, y agregó que el año pasado despidió a 14 instrumentistas que no tenían el nivel adecuado y entonces los músicos solicitaron pasar una prueba.

Músicos dejan solo al director

La crisis de la OSB comprende varias etapas: la más crítica ocurrió durante la apertura de la temporada en el Teatro Municipal de Río, hace 10 días, según reportó la prensa local.

Sin poder contar con la OSB, Minczuk, de 44 años, también director de la orquesta filarmónica canadiense de Calgary, decidió llamar a la OSB Joven.

Los 24 jóvenes músicos ingresaron al escenario con sus instrumentos, pero cuando el director alzó la batuta todos se levantaron y abandonaron el lugar, dejando a Minczuk solo ante el público.

Cuando los muchachos regresaron fueron impedidos de leer algunas proclamas. Así se unieron a sus compañeros despedidos, que interpretaban sus instrumentos ante el teatro, como protesta.

Nosotros, jóvenes músicos, somos remplazos involuntarios de nuestros colegas (...) Colóquense un minuto en nuestro lugar: debemos enfrentar a un público dividido entre suscriptos desconfiados y músicos hostiles, sabiendo que, afuera, nuestros colegas y directores protestan contra este concierto: ¿por qué no fue anulado?, señalaba el texto del reclamo.

Por su parte, músicos de renombre internacional, como los pianistas Nelson Freire y Cristina Ortiz, cancelaron sus presentaciones de la temporada en el Teatro Municipal, en solidaridad.

Las audiciones que se realizarían en Londres y Nueva York para contratar nuevos concertistas fueron canceladas.