Hay 51 conflagraciones graves en el país, reconoce la Conafor
Martes 19 de abril de 2011, p. 25
En los municipios coahuilenses de Múzquiz y Acuña los incendios iniciados el 17 de marzo no dan tregua y debido a las altas temperaturas y los vientos ya devastaron 190 mil hectáreas de vegetación, pese al esfuerzo que más de mil 500 brigadistas y militares ayudados por 24 helicópteros y aviones realizan para sofocarlos.
Fuentes oficiales también informaron que en los límites de Coahuila y Nuevo León se inició este lunes otro incendio que consumió 15 hectáreas de pastizales y arbustos pero amenaza llegar a la serranía de Arteaga, donde el edil Ernesto Valdés añadió que cien brigadistas y militares ya combaten las llamas.
En Durango, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) inició el reclutamiento de 400 voluntarios jóvenes con un salario de 170 pesos diarios durante dos semanas –que incluirán transporte y alimentación– a fin de incorporarlos a la lucha contra los incendios del vecino estado de Coahuila.
En Quintana Roo, uno de los 17 incendios activos computados hasta el fin de semana ya consumió hasta 400 hectáreas de la Reserva de la Biosfera Sian Kaan del municipio de Carrillo Puerto, pero sólo se ha extinguido en 40 por ciento. Mientras, se inició una conflagración que abarca otras mil en la laguna Costa Rica de Lázaro Cárdenas, en la zona limítrofe de Yucatán.
Casi 500 voluntarios tratan de sofocar el fuego en todos los frentes, pero también persiste el cercano al aeropuerto de Cancún, que ya calcinó al menos 250 hectáreas, y en total son unas 2 mil 500 las afectadas en zonas húmedas de la entidad, informaron la Conafor y el Instituto Forestal de Quintana Roo.
En San Luis Potosí se reportó un incendio en una zona de difícil acceso de la misma sierra de San Miguelito, y nubes de humo se podían observar desde cualquier punto de la capital estatal.
Hasta el domingo había 51 incendios graves en el país, dijo en entrevista telefónica el director de la Conafor, Juan Manuel Torres Rojo. Recordó que en 1998 uno arrasó 260 mil hectáreas en los Chimalapas, entre Oaxaca y Chiapas, mientras los de 1956 y 1990 devoraron 460 mil de Quintana Roo.
Con información de A. Enciso