Ayer, Domingo de Ramos, se acordó una tregua en los ocho barrios de Iztapalapa. Las rencillas entre chavos o enemistades vecinales se olvidarán durante la Semana Santa. Participar en esta representación es la oportunidad de conseguir el perdón para quienes cometieron alguna falta o solicitar un milagro a cambio del sacrificio.

Las calles del centro de la delegación se llenaron de nazarenos, jóvenes que cambiaron la ropa ajustada, los estilos punk o dark por las túnicas, palmas e imágenes que llevaron a cuestas. Niños, adultos y ancianos recorrieron cinco kilómetros en busca de absolución.

La representación de la Pasión en Iztapalapa es una de las tradiciones más añejas de los moradores de los ocho barrios de la delegación. Bertha Herrera, vecina de San Miguel, ha acompañado a los integrantes de su familia que han participado en el Domingo de Ramos: unos cumplen una manda, otros, porque se equivocaron, tratan de corregir una falla; su error los llevó a la cárcel y, como ya están libres, pues quieren pedir perdón para regenerarse, comentó la mujer.

Para René Carrillo, joven de 24 años, es una tradición familiar llevar la palma. Éste es el tercer año que participa en el recorrido del Domingo de Ramos; su manda será: “no andar de cábula esta semana”.

Según el reporte de autoridades delegacionales, el arranque de la representación 168 de la Pasión de Cristo rebasó la cantidad de visitantes que se esperaban. Llegaron 65 mil personas.

A la siete de la mañana, vecinos de los ocho barrios de Iztapalapa se congregaron en el primer cuadro de la delegación. Las túnicas identificaron a los participantes en el recorrido. Hubo quienes para hacer un mayor sacrificio se quitaron los huaraches y cumplieron la caminata descalzos.

El séquito partió de la calle de Aztecas, siguió los pasos de Gilberto Morales Pedraza, el joven de 20 años que representa a Jesús de Nazaret. Para los integrantes de la representación este año es especial porque estuvo en Iztapalapa el nuncio apostólico, Christophe Pierre, quien ofició la misa de Domingo de Ramos y atestiguó la entrada de Jesús a Jerusalén.

La representación concluyó a las 16 horas en la casa del mayordomo de San José, en la calle Plan de Ayala esquina Tezontitla. De este lugar saldrá el recorrido el próximo martes, a las 17 horas, hacia el Cerro de la Estrella, para la representación del sermón de las bienaventuranzas.