Por quinto día consecutivo, el secretario del Trabajo, Javier Lozano, descalificó al PRI, a los dirigentes y legisladores del tricolor. Ayer los llamó cobardes, mezquinos y oportunistas.

Los acusa de no cumplir acuerdos y de haber detenido lo que el funcionario daba como hecho para el periodo ordinario de sesiones que está por concluir: aprobar la reforma de la Ley Federal del Trabajo.

El PRI decidió de manera unilateral no sacar el acuerdo y una vez más la reforma está muerta a corto plazo, desafortunadamente. Cómo extrañamos a Beatriz Paredes en ese trato tan generoso y sobre todo en el respeto a los acuerdos, porque nomás llegó (Humberto) Moreira y todo se rompió. Qué casualidad que se cayó la alianza en el estado de México y la reforma se echó en reversa, dijo el autodenominado gallo azul.

La reacción de Lozano –en entrevistas y en su cuenta de Twitter– ocurre más de un año después de que promovió la reforma laboral. Primero el PAN presentó una iniciativa y meses después el PRI. Ambos proyectos con puntos idénticos. Sin embargo, los diputados priístas informaron que abrirán foros de análisis.

Este sábado, Lozano continuó mostrando su enojo porque, como dijo el viernes, los priístas se echaron atrás, lo que adjudicó a un trueque, negociación con el PRD, a cambio de derrocar la alianza electoral en el estado de México.

Ayer escribió en Twitter: El PRI piensa que con la Semana Santa bajará la presión y exhibición por su cobardía de no seguir adelante en la reforma laboral.

De manera simultánea, en visita a Aguascalientes, aseveró que los diputados priístas sólo obedecen a las coyunturas electorales.

Al término de una reunión con jóvenes panistas en un hotel del centro de la capital de Aguascalientes, dijo que las tácticas dilatorias del PRI hicieron que se perdiera la gran la oportunidad de sacar en este periodo de sesiones y dar a los mexicanos la reforma laboral, pero no aprobarla en el siguiente sería una pésima noticia para el país y una gravísima irresponsabilidad de quienes habiéndola tenido en las manos la dejaron pasar.

Por su parte, el presidente del PAN, Gustavo Madero, advirtió que está en peligro la interlocución con el PRI debido a la estrategia de Humberto Moreira, de centrar el debate en la diatriba y la descalificación personal.

Madero reclamó el tono de Moreira contra el presidente Felipe Calderón y las mentiras que propala. En un comunicado, en nombre del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, exigió al priísta que se enfoque en la aprobación de las reformas pendientes, sobre todo la laboral.

Insistió en que los adjetivos falsos e información sesgada que Moreira dirige a Calderón sólo contribuyen a erosionar la figura presidencial y, sobre todo, la confianza en las autoridades e instituciones del país.

Así, el PAN insta a los priístas a que reflexionen si ese es el objetivo y el tono que como partido de oposición desean utilizar ante los ciudadanos, absolutamente contrario a lo que Moreira ofreció en su visita a la residencia oficial de Los Pinos.