En el camerino del teatro-bar El Vicio, Tito Vasconcelos se quita el maquillaje. A un lado quedó el traje sastre y el busto de látex con los que personificó a Elba Esther Gordillo, o como dice el actor, la mano que mece la cuna de la política mexicana.

Las Reinas Chulas y Tito, su maestro o su madre”, como ellas lo definen, escenificaron El coronel no entiende aunque le escriban, retrato parodiado de los políticos mexicanos y de unos priístas que hacen conjuros para regresar a Los Pinos en 2012.

Ver a Patylu en patines, a Angélica Rivera, La Gaviota, contestando mensajes en su aypá o a Enrique Peña Nieto aconsejado por dos guiñoles, uno de Carlos Salinas y otro de Diego Fernández de Cevallos, es parte del juego teatral.

O podría ser la realidad, no se sabe, si una fotografía como la de Gordillo con los senos al descubierto dio la vuelta en las redes sociales, qué más puede ocurrir tras bambalinas del teatro político. Quizá las revistas del corazón, donde el presidente Felipe Calderón, Peña Nieto, César Nava o Santiago Creel posan tan a gusto pueden dar más pistas de lo que ocurre cuando ensayan su papel lejos de los electores.

–¿Por qué se adelantaron si todavía faltan dos años para las elecciones?

–Al contrario, ya vamos tarde.

“La campaña empezó tres años antes –explica Vasconcelos, calzando unos cómodos Crocs después de lucir esta noche una colección de zapatillas propia de primera dama del estado de México.”

Hace unos minutos este histrión, insignia del teatro de cabaret, Cecilia Sotrés, Marisol Gasé, Nora Huerta, Ana Francis Mor y Antonio Cerezo hicieron carcajear a su público al mostrar una metáfora del poder, que si no tomara tantos elementos de la realidad sería más divertida que trágica.

Risa con reflexión, risa de la desgracia, es lo que desea despertar en los espectadores este clan actoral, que parece no darse por vencido en hacer crítica social aun cuando ven un desolador panorama en el país por la violencia y por una desastrosa clase política.

La mezcolanza de partidos les provoca desesperanza: dice Cerezo, la ingenua y fresa Patylu de la obra. Para mostrar la política pornográfica, como bautiza Vasconcelos a las alianzas, se valen de las mismas voces que ridiculizan, como la de una chamanesca Beatriz Paredes.

No tenemos gallo para 2012, coinciden todos; con ello revelan otro elemento más de su desencanto y que los hace pronosticar con pesadumbre el regreso de lo peor del PRI en la figura de Peña Nieto.

Vasconcelos, activista histórico de las causas de la comunidad lésbico gay, y Las Reinas Chulas, que abren sus espectáculos con un video en defensa de la diversidad sexual, deberían sentirse atraídos por las opciones de izquierda. Pero se declaran desilusionados con las alianzas antinaturales del PRD con el PAN y su producto: horrorosos frankesteins.

En todo caso, utilizan su hartazgo para evidenciar el cinismo de los políticos, quienes, por cierto, casi no se asoman por aquí.

Parece que en estos días aguantan menos ser parodiados. A veces vienen diputados, pero se esconden y se van en chinga, relata Sotrés, despojada ya del gran copete envacelinado de Peña Nieto.

Recuerda que cuando Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe comandaban este foro –entonces con el nombre de El Hábito–, no era raro ver a Gordillo o a alguien más entre el público. “El cabaret es un buen termómetro de lo que piensa la gente… pero ni eso les interesa conocer.”

Descreídos de la política, este grupo actoral cree que la alternativa está en que las pequeñas comunidades de artistas, maestros, estudiantes, agrupaciones civiles… se organicen y, así como sucedió en Egipto, aprovechen las redes sociales.

Mientras sucede este cambio, Gasé, quien interpreta a una hechicera al frente del partido tricolor, tiene claro que seguirán creando sus libretos inspirados en las noticias de las secciones políticas de los periódicos que “traen sketches completos de comicidad”.