Por adelantado, el viernes pasado se realizaron actividades por el Día Mundial del Libro
Domingo 17 de abril de 2011, p. 3
Una imagen de esperanza en este México desesperanzado: la explanada del Palacio de Bellas Artes tomada por decenas de chavos, la mayoría de secundaria, para hacer girar sus vidas alrededor de la palabra, la lectura y los libros, aunque sea por unas horas.
Las actividades por el Día Mundial del Libro (23 de abril) se adelantaron ocho días debido a que ahora coincidió con la celebración de Semana Santa, las cuales se replicaron en todos los estados del país, según el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA).
Por eso, este viernes, el relumbrón que suele provocar el sol en la plancha de mármol fue apaciguado por varias carpas que albergaron la algarabía de los adolescentes, que, dispersos en pelotones nada disciplinados, asemejaban milicias que rompían filas.
Hay que crear un ejército educativo y cultural con los jóvenes
, dijo el escritor y promotor H. Pascal, en clara crítica a las torpes propuestas de forzar una leva contra los ninis para integrarlos al Ejército. O como ha dicho el poeta Javier Sicilia: Sólo tienen imaginación para la violencia
.
Al mediodía todo el engranaje organizado por la Dirección General de Publicaciones y el Programa Nacional Salas de Lectura estaba en marcha. En grandes pliegos de papel estrasa, chavas y chavos se afanaban en glosar un fragmento de La pareja, del escritor Sergio Pitol, como parte del homenaje nacional al maestro.
Pitol: Percibir, creer oír, oye ruidos en la habitación vecina. Piensa en el agua del grifo, corre el agua en el baño, extiende una mano, los dedos avanzan sobre la sábana, levanta la mano, la deja caer con la palma hacia abajo. ¿Busca algo?...
Y más abajo, una adolescente de la Secundaria 50 escribió en honor al maestro: En sueños busca la libertad, con los ojos cerrados imaginará, imagina un lugar
. Otra más: Es mejor percibir aquellos sueños que vivir una realidad, ¡sueños en los cuales pueda encontrarse la libertad!
. Y una tercera: Todo parece tan confuso, pero por fin parece despertar
.
A un lado, con un equipo de computadoras e impresoras, colaboradores imprimían poemas y fragmentos de narraciones o ensayos de Sor Juana Inés de la Cruz, Norma Lazo, Rubén Salazar Mallén, Miguel León-Portilla y otros autores. Conforme salían, aderezados con un deocoroso diseño y a colores, eran repartidos entre los transeúntes.
En otra carpa unos niños y jóvenes leían sentados en unos sillones rojos, otros escogían libros que eran obsequiados a quien se acercara, unos más teñían con las manos pliegos de papel de china que colgaban de tendederos, como si la lona blanca fuera a levantar el vuelo.
A un lado, una Bibliobici
estacionada mostraba su carga de libros, sobre todo para niños, un adelanto del lanzamiento de los programas Lectura en la línea y Lectura de cruce, que se realizará en la ciudad de Tijuana el 23 de abril, en la mera línea de paso a Estados Unidos, donde se amontonan quienes pretenden cruzar.
Podrán leer un libro y luego devolverlo mientras esperan
, dice esperanzado un joven promotor. Pequeña chispa en el hoyo negro de la desesperanza, pero es mucho mejor que nada.
Más allá, al pie del escenario principal, muchachas y muchachos ensayaban la lectura alternada del cuento Amelia Otero, de Pitol, que si ahí hubiese estado también se habría conmovido de tantas atenciones.
La lectura es un derecho
Todo había comenzado poco después de las 11 horas, con los discursos del director de librerías Educal del CNCA, Héctor Chávez, quien dijo al público: Aprovechen este importante día para descubrir que la lectura no es una obligación, sino un derecho. Deseo que encuentren todos un placer en la lectura
.
Mientras, la directora general adjunta de Publicaciones, Socorro Venegas, recordó: “Un 23 de abril murieron Shakespeare, Cervantes y El Inca Garcilaso de la Vega. En abril también recordamos el décimotercer aniversario de la muerte de nuestro poeta Octavio Paz. En abril se cumplen 90 años de la publicación de La suave Patria, poema emblemático de Ramón López Velarde.
“Hay quien dice que el libro es ergonómico, porque se adapta a la palma de la mano; que funciona sin pilas al toque de la vista; que es interactivo, porque nos necesita para seguir adelante, página tras página; que se presta al trueque; que se puede llevar en el bolsillo, o que escucha con gran fidelidad nuestros pesares, sin moverse, sin abandonarnos.
“Y sigue siendo el libro capaz de hacer aparecer ante nosotros grandes paisajes: la estepa rusa en La guerra y la paz; el mar costero, pero profundo y colmado de peces, en El viejo y el mar; la selva voraz en La vorágine, o las colinas arenosas de tan secas que recorría Pedro Páramo.
En piedra, papel o pantalla los libros siempre serán los libros, nuestros libros. Es por eso y más que hoy celebramos la lectura, la palabra, el libro, porque nos permite leer y sentirnos menos solos, un poco más humanos y un poco más cercanos de los otros.