El senador Francisco Labastida Ochoa, ex candidato presidencial priísta, advirtió que la violencia que azota el país no podrá detenerse si el gobierno federal insiste en ignorar las muchas voces que le piden modificar su fallida estrategia contra el crimen organizado, la cual requiere una reingeniería total.

Hay una total ineficacia en materia de combate al crimen organizado, sostuvo, y puso por ejemplo la disminución en la confiscación de drogas.

El año pasado, explicó, de acuerdo con datos oficiales, fueron incautadas sólo 3.5 toneladas de cocaína, 80 por ciento menos que en 2009, cuando se decomisaron 14 toneladas.

Las cifras son aún menores, ya que que en la década de los noventa los decomisos eran de entre 30 y 40 toneladas de cocaína, agregó.

Al permitir que el narco trafique más droga, le dejan el negocio millonario abierto y la posibilidad de mayores recursos para comprar armas y contratar sicarios. En ese escenario, añadió, la violencia persistirá casi de forma imparable.

A propósito del reporte del Banco Mundial sobre el aumento del gasto militar en 44 por ciento en el gobierno de Felipe Calderón, el legislador priísta dijo que los datos que da el organismo son generales, y si bien se incrementó el presupuesto de la Secretaría de la Defensa, la dependencia que registra el mayor respaldo económico es la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), que encabeza Genaro García Luna

La SSP tiene en la actualidad un presupuesto mayor que la Secretaría de Marina, ya que aumentó en cerca de 450 por ciento durante el gobierno de Calderón. Es la dependencia que más ha crecido en recursos, apuntó.

Labastida afirmó que el PRI ha insistido ante el gobierno federal en la urgencia de rectificar y poner en marcha una propuesta integral de combate al crimen organizado que incluya la prevención estructural, de largo plazo, lo cual significa creación de empleos, formación de valores y acceso a la educación y a la salud.

Prevención, insistió, significa destinar más dinero a la investigación, a la formación de recursos humanos, a infraestructura.

Hay que hacer muchos cambios también en materia de procuración de justicia para fortalecer las procuradurías estatales, reconocer que no hay un número suficiente de agentes del Ministerio Público, que no están bien formados, que las técnicas de investigación son muy malas, que no hay suficientes peritos, que no existen servicios médicos forenses adecuados, añadió.

Si la memoria no me falla, de las 32 entidades de la República, sólo unas siete tienen servicios médicos adecuados.

Es obvio, dijo, que la procuración de justicia está mal y no es tanto un problema de leyes, sino de coordinación.

Puso por ejemplo que los servicios de información entre las procuradurías no se comunican entre sí y la Secretaría de Seguridad Pública tampoco tiene un enlace fluido con los estados.

Al grado de que es como si tuvieran dos computadoras que hablan diferente idioma: una que habla chino y otra que habla inglés, así de elemental es el asunto, expuso.

Es necesario revisar además, abundó, si se cuenta con juzgados suficientes y resolver el problema del sistema carcelario, ya que faltan más de 60 mil lugares en los penales.

Labastida recalcó que la estrategia de Calderón contra el narcotráfico y la inseguridad no funciona porque no han sellado las fronteras norte y sur, lo que permite que por la primera pasen armas y por la segunda drogas.

Lo que han hecho es vigilar los estados del norte, para evitar el paso de drogas, pese a que ese es un problema de Estados Unidos. Lo que debemos hacer es que por esa frontera no pase el armamento para los narcotraficantes. Por eso pedimos un rediseño, una reingeniería total en la lucha contra la inseguridad y la delincuencia organizada.