El músico, fundador de Siouxsie and The Banshees, se presentará también en el Lunario
Ha realizado scores y soundtracks para coreografías, puestas en escena y filmes hollywoodenses
En La sangre de un poeta, debut del escritor francés como cineasta, usó técnicas de cámara inéditas
Sábado 16 de abril de 2011, p. 7
Steven Severin es reconocido por ser miembro fundador de la banda pospunk Siouxsie and The Banshees, pero en su lista de colaboraciones se encuentran músicos como Robert Smith (The Cure), Lydia Lunch y Marc Almond, entre otros. Es uno de los sobrevivientes del punk británico de los años 60, y con Siouxsie cubrió dos décadas, en las que contribuyó de manera contundente al sonido e imagen de la banda, como parte de los 16 álbumes y 30 sencillos en los que ejerció como autor de la música y las letras.
Ahora, Severin enfocado en la sonorización de puestas, musicalizará este sábado en la Cineteca Nacional un clásico del cine silente mundial: La sangre de un poeta (1930), de Jean Cocteau.
Desde la desintegración del grupo, a mediados de los 90, y tras un breve retiro de la industria musical, Severin desarrolló varios proyectos como solista y produciendo para otros artistas, así como escribiendo artículos de arte en periódicos como The Independent. Formó el sello en línea RE, con el cual editó Visions (1998) y Maldoror (1999), ambos discos con muy buena acogida. A principios de 2000 editó Women in the dunes –música para la coreografía homónima de la bailarina indojaponesa Shakti– y a lo largo de esta década grabó varios materiales raros, algunos no disponibles para el público, o por encargo, como Kidnap garden (Rykomusic, 2004).
Incansable trayectoria
Aparte de publicar su primer libro de poesía y prosa erótica, The twelve revelations, Severin ideó, junto a la artista estadunidense Arban, la banda para la coreografía Beauty and the beast, creada por Shakti.
De mayor importancia en el trabajo de Severin fue la banda sonora para la película de Nigel Winggrove, The visions of ecstacy, sobre las interpretaciones de los textos de Santa Teresa de Ávila. Esta sensual fantasía nunca fue lanzada al mercado debido a que no obtuvo al aval del British Board of Film Certification y fue declarado una blasfemia.
De sus trabajos en comisión se cuentan además la música para la celebración del 80 aniversario del natalicio de John Cage. The Merce Cunningham Dance Company lo invitó a producir una pieza para dicho acontecimiento en la primavera de 1989. Asimismo, la puesta en escena de Los cantos de Maldoror, sobre el clásico de Lautrèamout, seudónimo del franco-uruguayo Isidore Ducasse, realizada en 1998 por la compañía de teatro brasileña Os Satyros, contó con tres piezas de su autoría. Severin ha realizado muchas más colaboraciones y proyectos solista –sin contar sus trabajos en Hollywood como autor de scores y temas para cintas de género como London Voodoo (Robert Pratten, 2004) y Nature Morte (Paul Burrows, 2006), o Escándalo (Richard Eyre, 2006) y María Antonieta (Sofía Coppola), entre otras. Antes del soundtrack para La sangre de un poeta (Jean Cocteau, 1930), Severin editó su álbum titulado Music for silents.
La sangre de un poeta es la primera película de Jean Cocteau como realizador, basada en el mito de Orfeo y marcada por su carácter vanguardista –como casi toda la obra de su autor–, fue un encargo del vizconde Charles de Noailles al igual que La edad de oro, de Luis Buñuel. Igual de escandalosa que ésta, además de que ambas fueron estrenadas en el mismo año, la película debut del escritor francés presentó una embriagadora mezcla de imágenes a partir de nuevas técnicas de cámara nunca antes aplicadas.
Steven Severin hará dos presentaciones el sábado 16 de abril en la Cineteca Nacional, a las 17 y a las 20:30 horas.
El martes 19 de abril estará en el Lunario del Auditorio Nacional a las 20:30 horas. Boletos en taquilla o informes en los teléfonos 4155-1200 y 5325-9000.