Sábado 16 de abril de 2011, p. a16
El paisaje interior es paradisiaco:
Nadie exageraría al hallar un destello pucciniano, un aire de Turandot, en cierto pasaje orquestal y, para no ir más lejos, el mismísimo Mahler (¡en la Mahler!, Ricardo Méndez dixit) se asoma en un momento preliminar a un clímax.
Estamos en Berlín. El paisaje exterior es también de antología: la luna sobre el puente sobre el río, y encima el paisaje urbano, así paradisiaco, de esa ciudad de ensueño.
Sala adentro sucede esto: Sting Live in Berlin.
Y todo quedó registrado en un álbum doble, de tal título. El volumen dos recoge en audio una selección del conjunto mientras el uno recoge el concierto entero, en video, consecuencia de la gira con motivo del disco inmediatamente anterior: Symphonicities (www.jornada.unam.mx/2010/08/28/index.php?section=cultura&article=a16n1dis) y en esta grabación resulta aún más nítido el detalle que nadie parece percibir: el trabajo de orquestación en este álbum y en esta gira es una obra maestra de composición orquestal.
Tan soslayado este tipo de trabajo, que uno debe pedirle apoyo a Lupe, digo a la lupa, para encontrar entre las letras chiquitas los créditos a los autores de estos trabajos sobre papel pautado que reciben el nombre reductivo de arreglos
, cuando en realidad se trata de orquestaciones, labor tan noble como de luenga prosapia: las orquestaciones de Ravel a los Cuadros de una Exposición, obra original para piano de Mussorgsky, por ejemplo, o su contraparte: las reducciones
a piano de Liszt a las sinfonías de Beethoven, ambos procesos que requieren de maestría en grado sumo: genialidad.
La Royal Philharmonic Concert Orchestra pone en vida estas versiones orquestales de las obras del maestro Sting, con la vocalista Jo Lawry, su inseparable camarada el fenomenal guitarrista Dominic Miller y el invitado de lujo: Brandford Marsalis.
Otro Marsalis, Wynton, alterna batuta y trompeta en otro álbum secuela que crea escuela: Here We Go Again, continuación del maravilloso álbum inicial de esta pareja óptima: Willie Nelson/ Wynton Marsalis: Two Men in the Blues, creado hace dos abriles.
Este abril se abrió con esta nueva obra de magisters que derrumba la maldición del nunca son buenas segundas partes
, pues al igual que el disco de Sting, abonan a la bondad de las obras iniciales y las elevan a la condición de obras de arte.
Una de las hijas de Ravi Shankar, Norah Jones, se une al equipo y al frente de la orquesta Jazz at Lincoln Center, este trabuco rinde homenaje al gigante Ray Charles. El track 4 es un blues de paraíso. Y todo el disco, al igual que el de Sting, es digno de un cumpleaños.