Como miembro titular del Seminario de Cultura Mexicana (SCM), hace unos días se rindió un homenaje al escritor, poeta y ensayista Carlos Montemayor (1947-2010), quien fue recordado con admiración y afecto en un acto en el que se develó un medallón que lleva su rostro, el cual quedó integrado al muro de los titulares de esa instancia colegiada.

El escritor Arturo Azuela, presidente del SCM, y el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, vicepresidente del mismo, con breves pero significativas palabras reconocieron la brillante trayectoria de Montemayor, cuya primera contribución al seminario fue un magnífico ensayo sobre la literatura indígena de Oaxaca.

Asimismo, lamentaron que el colaborador de La Jornada no hubiera permanecido más tiempo como uno de sus titulares.

Matos Moctezuma destacó el trabajo en el género novelístico que realizó el poeta y ensayista, novelas en las que se puede apreciar un denominador común, señaló el arqueólogo.

En ellas (sus novelas) se ve siempre su apoyo a los grupos más necesitados de nuestro país, el dolor que sufren los marginados, subrayó el arqueólogo,

En el acto, el poeta Natalio Hernández hizo una amplia semblanza de la versátil trayectoria de Carlos Montemayor y resaltó los empeños y proyectos que compartieron, así como el conocimiento que Montemayor tenía del griego y el latín, lo que le permitió apreciar y valorar la riqueza y la importancia de mantener y desarrollar las lenguas originarias de nuestro país, interés que lo llevaría a involucrarse, entre otras actividades, con escritores mayas para impartir talleres de creación literaria, labor que realizó por más de 20 años.

Hernández evocó las palabras de Montemayor, escritas en la antología Literatura indígena, ayer y hoy, como un ejemplo de su compromiso con las lenguas indígenas.

Montemayor escribió: En todos los pueblos del mundo el idioma es la memoria del paisaje, de la historia, de la divinidad a que aspiran los hombres. Es la voz que crece como los árboles y que otros ríos en la misma tierra en que los pueblos viven. Es la memoria de los combates ganados y perdidos. Es la fuerza que hace a los viejos seguir hablando con las mismas palabras que aprenden los niños. El idioma hace de muchos pueblos una familia, un destino.

Persona excepcional

Carlos Montemayor, apuntó Natalio Hernández fue un ser humano excepcional. Su elegancia y su aparente soberbia se derrumbaban cuando uno escuchaba su palabra y compromiso con los sectores más desposeídos de la sociedad. Con frecuencia su humildad y su sencillez salían a flote cuando impartía dichos talleres”.

Por ello, en el homenaje organizado por el Seminario de Cultura Mexicana, Natalio Hernández, como una ofrenda a Montemayor, tradujo y leyó de manera bilingüe (náhuatl-español) el poema Memoria, escrito por Montemayor.

Para concluir se develó el medallón con la efigie de Montemayor que desde ahora forma parte del muro de los titulares de el Seminario de Cultura Mexicana.