El presidente Felipe Calderón se declaró confiado en lograr que México sea un país de leyes, lo cual no depende de partidos políticos sino de reglas claras.

Durante una comida con empresarios argentinos y mexicanos, entre los que se encontraba el multimillonario Carlos Slim, dijo estar consciente de que los inversionistas necesitan un entorno de certidumbre.

Mientras se ha recrudecido la violencia en el país y continúan las movilizaciones de protesta originadas en Morelos por el asesinato de Juan Francisco, el hijo del poeta y periodista Javier Sicilia, Calderón volvió a referirse brevemente al tema de la delincuencia.

En los jardines de Los Pinos, donde se sirvió el banquete, argumentó que por eso ha puesto tanto énfasis en hacer de México un país de leyes, lo que no debe depender de personas o de partidos sino de reglas claras y de legalidad.

Después de insistir en su visión optimista del curso de la economía mexicana, afirmó que ésta será la década de América Latina, que junto con Asia registrará las mayores tasas de crecimiento del mundo.

Invitó a los empresarios de ambas naciones a encontrar oportunidades de negocio bajo la filosofía del libre mercado.

La reunión formaba parte de la agenda de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, cuyos problemas de salud le impidieron viajar al país.

Calderón también destacó que el comercio bilateral se quintuplicó y representa 2 mil 800 millones dólares.

A tono con este señalamiento, el presidente del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología, Valentín Diez Morodo, comentó que en esta relación comercial México tiene un superávit de 700 millones de dólares. Aunque después bromeó que si se considerara la compra de jugadores de futbol el saldo sería deficitario para nuestro país.