ace dos años, un nuevo jinete del Apocalipsis amenazó a la Humanidad: el virus A/H1N1. Todas las miradas del planeta se dirigieron a México, señalado como origen del temible virus en una granja porcina trasnacional ubicada en Perote, Veracruz. El rechazo hacia todo lo que tuviera que ver con nuestro país fue generalizado. Los viajeros mexicanos eran sometidos en el exterior a revisión sanitaria para evitar que propalaran el mal. En China, varios compatriotas fueron puestos en cuarentena para evitar que esparcieran el virus. A su retorno se les quiso recibir como héroes, pero los viajeros no querían honores sino irse a dormir luego del extenuante viaje.

A crear la alarma internacional contribuyeron las autoridades locales con sus erráticas declaraciones y medidas en torno al virus. Como la orden de cerrar en la ciudad de México desde restaurantes y fondas hasta bares. La urbe lució desierta como en primero de enero. Con esas y otras medidas, el turismo internacional eliminó a nuestro país de su lista. El efecto económico fue devastador.

Cuando el nuevo jinete fue reducido a sus reales dimensiones, comenzaron a fincarse responsabilidades de lo ocurrido mientras nuestras autoridades aseguraban que, gracias a la política que pusieron en marcha, habían salvado al mundo de lo peor. El planeta no agradeció ese sacrificio y los turistas tardaron un año en regresar. En tanto, abundaron las denuncias de que los grandes favorecidos por la epidemia que no fue: eran los laboratorios fabricantes de la vacuna contra la gripa. Los gobiernos la compraron en pánico y en tal cantidad que no hubo a quién aplicarla y terminó en la basura. El organismo mundial de la salud fue, en tanto, acusado de tener entre sus expertos a personajes vinculados con las empresas que elaboraban la vacuna contra el nuevo jinete. Dura fue la batalla para regresarle credibilidad a dicho organismo.

Otro personaje tuvo corta resonancia internacional: la monja benedictina y médica Teresa Forcades, autora del video Campanas por la gripe A, en el que cuestiona la eficacia y seguridad de la vacuna e invita a la gente a rechazarla. Fue el más visto entonces en You Tube. Su tesis levantó  polémica entre epidemiólogos y virólogos. La monja tuvo su momento de gloria al clausurar a finales de noviembre de 2009 en Barcelona el segundo Congreso Ciencia y Espíritu. El congreso reunió lo mismo a los partidarios de las teo-rías de la conspiración, místicos, estudiosos de la Biblia de la era cuántica, que a visionarios de espíritus de la naturaleza y maestros extraterrestres. Hubo lugar hasta para la teoría de que las torres gemelas las volaron a control remoto.

Recientemente la gripe A reapareció en el país. Pero en su justa dimensión. Ya no tenemos a quien salvar, para bien de todos.