Publican en un libro su arrobo por el país
Viernes 15 de abril de 2011, p. 5
La publicación del libro Paul Strand en México es un acto de justicia, para regresarle al artista neoyorquino la condición de protagonista en la historia de la fotografía mexicana
, asevera Alfonso Morales.
Asimismo, en ese acto de reivindicación, explica el especialista, se inscribe la adquisición el año pasado –por la Fundación Televisa– de 220 fotografías que Strand imprimió de alrededor de 300 negativos tomados en México entre 1932 y 1934, y luego en 1966, al igual que la magna exposición que en diciembre se montará en el Museo del Palacio de Bellas Artes.
Paul Strand en México (Aperture Foundation/ Fundación Televisa/ La Fábrica Editorial) reúne 234 fotografías de las que 123 son inéditas. De la autoría de James Krippner, el libro también incluye un ensayo histórico de Morales, así como textos de Katherine Ware, Leo Hurwitz y David Alfaro Siqueiros, y una versión restaurada por la Cineteca di Bologna de la película Redes (1936), con fotografía de Strand.
La World Cinema Foundation, creada por Martin Scorsese, elige cada año una película clásica del cine para ser restaurada, apunta Mauricio Mallé, director de Artes Visuales de Fundación Televisa.
La restauración del filme Redes, de acuerdo con el libro, se llevó a cabo a partir de materiales recuperados de muy buena calidad: una copia de seguridad del negativo de 35 milímetros y una impresión en positivo conservados en la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México. A partir de la restauración digital, se creó un nuevo internegativo de 35 milímetros
.
Para Morales, curador de las colecciones fotográficas de la Fundación Televisa, es sano entender a la nación mexicana mediante los ojos extranjeros, cuando el fotógrafo no tiene una mirada de conquistador ni el deseo de confirmar sus prejuicios ni la tentativa de imponer una agenda. Al contrario, cuando está dispuesto a comprender por medio de la mirada, ambas partes resultan beneficiadas, como fue el caso de Strand en México, quien redireccionó su trabajo a partir de la experiencia mexicana
.
Hubo otros notables
fotógrafos viajeros, aunque no todos tan desprejuiciados o abiertos
como Strand, con el deseo de hacer retratos dignos de la gente humilde
.
Según Maillé el proyecto generado por el neoyorquino fue “profundamente introspectivo; una capacidad de adentrarse de manera profunda en las comunidades y retratar lo que consideraba los aspectos esenciales –el paisaje, la arquitectura, las personas y sus objetos religiosos– para constituir el reflejo de una comunidad”.
Strand fue invitado a México por Carlos Chávez durante una visita a Nuevo México. “En el libro se cuenta la historia de los encuentros y desencuentros entre Strand y la burocracia de la Secretaría de Educación Pública, la manera en que le fue escamoteado el apoyo para terminar Redes, cómo peleó para mantener independiente su proyecto pero, más allá de eso, la fascinación por un país. Es la crónica de un deslumbramiento y el modo que mediante el contacto con las personas reafirmó su vocación humanista por el retrato”, expresa Morales.