Las autoridades federales ofrecerán una recompensa de al menos 10 millones de pesos a quien aporte datos para la ubicación y captura de José Luis Luquín y Julio de Jesús Hernández Radilla, El Negro, quienes fueron identificados como presuntos autores materiales del secuestro y homicidio de siete personas, entre ellas el hijo del poeta Javier Sicilia, confirmaron este miércoles su abogado, Julio Hernández Barros, y la titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Marisela Morales.

El jurista reconoció que uno de los agresores identificados por las autoridades es presuntamente hermano e hijo de policías ministeriales de Morelos, y el otro, ex policía ministerial, pero ninguno de ellos perteneció al Ejército Mexicano.

De su lado, la procuradora Morales destacó que además de los 10 millones de pesos que se ofrecerán por información que ayude a la captura de los dos presuntos autores materiales del múltiple homicidio, se recompensará con 3 millones a quien proporcione datos que auxilien a las autoridades en la ubicación de al menos otros seis cómplices.

Anuncia el poeta marcha silenciosa a la ciudad de México

Por la noche, durante un mitin en Cuernavaca, el poeta Javier Sicilia pidió la renuncia del gobernador de Morelos, Marco Adame, y convocó a una marcha silenciosa el domingo 8 de mayo hacia el Zócalo de la ciudad de México, para obligar a Calderón y los demás actores (políticos) del país a firmar un pacto nacional auténtico, que deberá signarse en la ciudad más dolida de las dolidas: Ciudad Juárez.

Sicilia adelantó que la gente de Cuernavaca irá caminando al Distrito Federal desde el 5 de mayo, para llegar allá el 8 y obligar al Presidente a que pare esta guerra contra el narco que ha causado más de 40 mil muertos.

Por su parte, el abogado Julio Hernández Barros afirmó que las autoridades le han dicho que los autores del homicidio del hijo del poeta y otras seis personas son integrantes del cártel del Pacífico Sur, liderado en Morelos por El Negro.

Desde el pasado fin de semana, La Jornada reveló que detrás del múltiple crimen estaban sicarios de ese grupo delictivo, que tuvo su origen en el cártel de los hermanos Beltrán Leyva, según los avances de la indagatoria. La procuradora Morales también confirmó esa información. Los datos personales de los dos presuntos sicarios fueron recabados de los registros de huellas dactilares de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Las huellas quedaron impresas en el vehículo en que fueron abandonados los siete cuerpos hace dos semanas en un fraccionamiento aledaño a la zona de Temixco.

En el homicidio de los cinco jóvenes, un adulto y una mujer, perpetrado el pasado 28 de marzo, habrían participado otras ocho personas, según los resultados preliminares de las investigaciones. A decir del abogado y tío de Juan Francisco Sicilia, las autoridades aún desconocen por qué el cártel del Pacífico Sur (que opera en Morelos y Guerrero) asesinó a las siete personas.

Los datos del móvil del múltiple homicidio no se han dado a conocer porque ni siquiera los conoce la autoridad; más o menos se sabe en dónde ocurrieron los hechos; tenemos también datos que nos permiten establecer la manera, pero el móvil sigue siendo una incógnita para esta coadyuvancia, indicó.

Incluso, afirmó que uno de los presuntos responsables ya fue ejecutado y su cuerpo encontrado en el municipio de Tepoztlán, el pasado primero de abril. Tenemos entendido que también estaba vinculado, aunque los dos identificados están vivos y aún no han sido detenidos.

Reveló que las autoridades manejan que pudieron haberlos matado en una casa de seguridad de esa organización criminal, ubicada en la calle 10 de abril, de Jiutepec, zona cercana al hotel Sumiya y a la Autopista del Sol.

Al preguntarle al litigante el por qué el procurador morelense, Pedro Luis Benítez Vélez, declaró el pasado 31 de marzo que entre los presuntos responsables del múltiple homicidio podía estar involucrado personal vinculado a instituciones públicas, atribuyó eso a varios factores.

“Quizá el primer apellido le sonó a algún servidor público, uno; dos, hay muchas razones, quizá para distraer y conservar la confidencialidad; otro, porque algunas pruebas periciales que fueron realizadas por la Sedena –con su sello y su logotipo– arrojaron positivo, y quizá eso también influyó en alguna equivocación por parte de la autoridad. Finalmente, porque, efectivamente, el apellido es compartido por algunos servidores públicos”, puntualizó Hernández Barros.

Agregó que algunos dictámenes periciales fueron realizados por las fuerzas armadas y dieron positivo, pero eso no quiere decir que sean miembros activos del Ejército Mexicano, simplemente que están en la base de datos del instituto armado.

–¿Por qué resultaron positivos en la base de datos del Ejército? –se le preguntó.

–Por hacer un servicio militar, por haber sido detenidos alguna vez por el Ejército, porque éste tiene base de datos de huellas dactilares.