Fue un régimen asesino
, afirman derechistas y ultraderechistas
Jueves 14 de abril de 2011, p. 31
Madrid, 13 de abril. Hace 80 años, en un clima de esperanza y de fuertes tensiones políticas, España proclamó la Segunda República, el primer sistema democrático y garante de derechos de su historia. A pesar de la importancia de la fecha y de su carga simbólica, al convertirse a su pesar en el preámbulo de la cruenta guerra civil (1936-1939), ni el gobierno español ni las instituciones públicas, y ni siquiera los partidos políticos republicanos y de izquierda, organizaron ceremonias de relevancia para rememorarla.
La derecha y la extrema derecha, los herederos de los fascistas que se alzaron contra la república a las órdenes de Francisco Franco para derrocarla, sí pusieron en marcha una intensa campaña mediática para desprestigiar a un sistema antimonárquico y parlamentario que desterró de los centros del poder político a la vieja nobleza española.
La Segunda República española se proclamó en 1931, con la presidencia de Niceto Alcalá-Zamora, pero la construcción de una sociedad con más garantías de respeto a los derechos humanos (ya se reconocía el derecho al voto a la mujer, por ejemplo) se truncó con el alzamiento militar y fascista de 1936.
Luego de tres años de una guerra que dejó al país repleto de fosas comunes, de cientos de miles de exiliados y de ejecutados al alba, finalmente el gobierno legítimo de la república se exilió, encabezado por el líder y presidente Manuel Azaña.
Después, ya en México, permanecería el gobierno de la Segunda República en el exilio, pero España se encontraba bajo el yugo del fascismo y el nacionalcatolicismo español.
Durante la larga dictadura franquista (1939-1976) la palabra república
fue manchada y repudiada, así como a los fieles a un sistema que privilegió el voto ciudadano y sustrajo las prerrogativas propias de los regímenes monárquicos. Reinstaurada la democracia, con la muerte del dictador y la proclamación del rey Juan Carlos como jefe del Estado, los ideales y la historia republicanos han tenido poca difusión, si acaso defendida por los grupos de izquierda y el exilio.
El diputado Gaspar Llamazares, de Izquierda Unida, acusó al gobierno socialista de pasividad
y le reclamó que se limite a contemplar este aniversario desde el silencio
en lugar de aprovechar la oportunidad para conmemorar a una generación de ciudadanos españoles que está a punto de desaparecer y que lucharon por el sistema con tantas virtudes.
Acusó al gobierno de ceder a la presiones de los sectores más conservadores para impedir que aumente la laicidad y el republicanismo en la sociedad.
El gobierno, en voz del ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, señaló como aportaciones
para recordar a la Segunda República la emisión de dos seriales en la televisión pública, así como la aprobación de la Ley de la Memoria Histórica, que ha permitido que 170 mil descendientes de exiliados hayan obtenido la nacionalidad española, que se hayan concedido más de 13 mil 500 pensiones nuevas de orfandad y más de 850 títulos de reconocimiento personal de víctimas de la represión franquista.
En total más de 900 familias de víctimas han mejorado sus pensiones y se han retirado más de 700 símbolos franquistas de calles de las ciudades españolas.
Los que no ocultan su interés por desterrar de la memoria colectiva de España a la Segunda República son los políticos, intelectuales y periodistas de la extrema derecha y la derecha, que publicaron un sinfín de especiales y documentos en los que desacreditan los logros del sistema republicano y, sobre todo, no sólo le responsabilizan de la inestabilidad previa a la guerra civil sino que señalan a sus dirigentes como los responsables
de la masacre.
Alfonso Ussía, uno de los ideólogos de los conservadores españoles, expuso: Personalmente me importa un rábano la Segunda República. La he estudiado, leído y oído, pero falleció hace 75 años y no soy partidario de las esquelas de aniversarios. Además, que es una fallecida que no cuenta con mis simpatías porque supuso un desastre que desembocó en un caos trágico y sangriento... Cuando estalló la guerra civil, la república no era ni democrática ni libre. Ya se había convertido en un sistema asesino
.
El prestigioso historiador inglés Paul Preston, premio Príncipe de Asturias por sus trabajos de investigación sobre la historia contemporánea española, aprovechó el aniversario para presentar su último libro, El Holocausto Español (Debate), obra en que documenta la masacre del enfrentamiento civil, que dejó más de 200 mil muertos.
La represión y violencia del bando rebelde (los fascistas) fue tres veces superior a la del bando republicano, que cuando se cometían atropellos no se puede decir que lo hacía la república, sino grupos incontrolados, sobre todo de anarquistas que eran tan enemigos de la república como los fascistas
, señaló.