Roma, 13 de abril. Dos jóvenes italianas revelaron a la fiscalía de Milán detalles de los juegos eróticos durante las veladas organizadas en la mansión privada del jefe de gobierno italiano Silvio Berlusconi, en el contexto del escándalo sexual llamado Rubygate. El gobernante está acusado de abuso de poder y prostitución con una menor de edad marroquí de nombre Karima Mahroug, alias Ruby.

Los testimonios de Chiara y Ambra, de 18 años y quienes asistieron a una fiesta la noche del 22 de agosto de 2010 en Villa Arcore, fueron divulgados hoy por los diarios La Repubblica y Corriere della Sera, y confirmados por fuentes judiciales milanesas.

Las dos jóvenes se presentaron ante el tribunal de Milán por consejo de una senadora del partido de oposición Italia de los Valores.

Según las revelaciones, el “bunga-bunga”, descrito por Ruby, no corresponde a las veladas elegantes que el millonario político asegura organizar para distraerse de sus compromisos oficiales. Quince minutos después de iniciada la cena, un grupo de chicas comenzó a mostrar sus senos, lo tocaban en sus partes íntimas y ellas a su vez se dejaban tocar, dijo Ambra.

Mientras todo ello ocurría, las mujeres cantaban menos mal que existe Silvio, y él respondía: mis niñitas, mis niñitas.

Estatua y bunga-bunga

Tras el enésimo chiste vulgar, Berlusconi comenzó a pasar una estatua ante las chicas, una suerte de caparazón del que salía un hombre con un pene enorme. La estatua era grande como una botella de agua mineral de un litro y medio. El pene era desproporcionado. La pasa ante las chicas y les pide que besen el pene. Lo besaban y simulaban sexo oral, aseguró por su parte Chiara.

En un momento Berlusconi clama: “¿Están listas para el bunga-bunga?”, las chicas responden en coro ¡sí, sí!, relata la joven.

Las testigos admitieron que la angustia que les suscitó bajar a un sótano con una pequeña discoteca en donde encontraron a otras chicas disfrazadas de enfermeras, con minifalda y escotes notables.

En la discoteca, las jóvenes bailaban en forma vulgar, se subían la falda, mostraban el trasero, cuenta Chiara al describir el llamado bunga-bunga.

Según ellas acudieron una sola vez a la residencia, invitadas por Emilio Fede, de 79 años, director de noticias del canal privado de televisión Rete4, amigo íntimo de Berlusconi y también investigado por inducción a la prostitución.

Mientras, el Parlamento italiano aprobó hoy una reforma judicial que, según la oposición, fue hecha a la medida de Berlusconi para evitarle problemas legales.