Moscú, 13 de abril. Para el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, el atentado en el Metro de Minsk está esclarecido, ya que dos individuos confesaron su autoría. La confesión se obtuvo hacia las cinco de la mañana de esta madrugada, si bien ninguno de ellos pudo explicar por qué colocaron la bomba, que mató a 12 personas y dejó más de 200 heridos el lunes anterior.

Lukashenko está convencido de que hay que buscar a los autores intelectuales entre la oposición, por lo cual hay que interrogarlos para que revelen quién ordenó perpetrar el atentado.

Es lamentable que nuestros aborígenes (adversarios de su régimen) se quejen de que aquí se violan los derechos humanos y pidan aplicar sanciones contra nuestro país, cuando ha ocurrido una tragedia, dijo el último dictador de Europa, como llaman a Lukashenko los medios afines al Kremlin, y remató: “Oposición puede y debe existir, pero ‘quinta columna’ no habrá jamás”.

Aleksandr Milinkévich, veterano político bielorruso y premio Sájarov del Parlamento Europeo a la Libertad de Conciencia en 2006, negó cualquier participación de la oposición. No utilizamos métodos extremos, declaró a la emisora Ejo Moskvy.

Pero Lukashenko lo tiene todo muy claro: Lo importante es que sabemos quiénes son, aunque de momento desconocemos por qué lo hicieron. Pronto lo sabremos y los culpables recibirán el más severo de los castigos.

Y el presidente fue más lejos al imputar a los detenidos todos los pendientes que tenía por resolver la policía de Bielorrusia: Confesaron no sólo el acto terrorista en el Metro, sino también los atentados en el Día de la Independencia (2008) y en la ciudad de Vítebsk (2005).

La agencia noticiosa rusa Interfax difundió esta tarde la opinión de un agente bielorruso cercano a la investigación: Parece una copia de Hannibal Lecter (el personaje cinematográfico). Los siquiatras creen que el principal sospechoso (el cual admitió ser el autor del atentado) es un desequilibrado mental.