La poca profundidad del lecho marino en la sonda de Campeche, donde opera la plataforma de alojamiento siniestrada el pasado martes, evitó que la instalación se hundiera completamente, reveló el director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Juan José Suárez Coppel. El funcionario advirtió sobre la posibilidad de retirar el contrato a la empresa Cotemar si no se restituye el servicio en un tiempo prudente.

Por el momento, dijo, con cargo al mismo contratista, un tercero especializado realiza investigaciones para determinar las causas del incidente que obligó al desalojo de emergencia de 638 personas que se encontraban a bordo.

Suárez Coppel reconoció que Cotemar es el principal contratista de Pemex en suministro de servicios de alojamiento y alimentación costa afuera, además de propietaria de la plataforma Júpiter semisumergible.

“La plataforma está estable, volcó, pero está reclinada sobre el lecho marino, que es de 38 metros. La manga de la plataforma son 50, por lo que alrededor de 12 metros salen del agua.

La plataforma está anclada, tiene dos remolcadores que la mantienen en posición y la empresa propietaria estudia diferentes opciones para recuperarla y ponerla a trabajar, reportó ayer el director general de Pemex.

Mientras tanto, parte de los trabajadores que tenían su alojamiento en la Júpiter han sido reubicados en otras instalaciones, y otros son trasladados todos los días desde Ciudad del Carmen, a 80 kilómetros de distancia, en embarcaciones.

Interrogado sobre la posibilidad de aplicar sanciones a la empresa contratista, el funcionario explicó que el contrato incluye un plazo en el cual se tiene que sustituir por otra: si no, se cancela el contrato por razones de fuerza mayor y contratamos otro. Se hace el análisis de causa última; puede ser problema mecánico fortuito, de instalación, falla humana, pero hasta no tener el análisis completo lo sabremos. Tardará algunas semanas. Este análisis lo hace la empresa, la investigación la hace un tercero, contratado por la empresa, pero tiene que ser en términos satisfactorios para entender qué pasó, dijo.

Suárez Coppel descartó la posibilidad de que pudiera llegar a presentarse un derrame de los combustibles que había en la plataforma al momento del incidente, donde hay 2 mil barriles de diesel y 80 barriles de turbosina. No hay indicio de fuga, pero se mantiene una estrecha vigilancia; el resto de las instalaciones de Pemex no han sido afectadas. La plataforma está volteada y hasta que no se recupere no se sabrá qué pasó, pero por el momento no hay ninguna razón de un derrame, aunque tampoco podemos asegurar que no ocurrirá, dijo.

Precisó que todo ese tipo de instalaciones, propias o contratadas por Pemex, son inspeccionadas anualmente por empresas certificadoras bajo estándares internacionales, y en el caso de la Júpiter, la inspección y aprobación satisfactoria se llevó a cabo en junio de 2010.