Las declaraciones de Esther Orozco Orozco, rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), sobre la problemática académica que vive esa casa de estudios ha provocado discriminación y daño moral a los egresados y estudiantes de la institución, quienes son rechazados al momento de solicitar empleo o son víctimas de burlas en sus centros de trabajo, afirmaron alumnos y profesores.

Ejemplo de ello, dijo Irma Estrada, estudiante de la maestría en defensa y promoción de los derechos humanos, es que a egresados de dicha especialización que realizan su servicio social en organismos como la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, sus compañeros de trabajo les dicen que provienen de una universidad que es un fraude.

Situación similar, afirmó, sufren otras personas provenientes de carreras como literatura y el doctorado en ciencias genómicas, quienes también han denunciado que lo dicho por la rectora los desprestigia y les impide conseguir un empleo.

Agregó que los estudiantes resultan afectados, pues con el estigma de que esta universidad es un fraude, difícilmente conseguirán trabajo, pues cómo van a confiar en profesionistas que la misma rectora pone en duda que tengan calidad académica, dijo Estrada.

El profesor Claudio Albertani, de la academia de historia y sociedad contemporánea de la UACM, afirmó que los dichos de Orozco son muestra de que desconoce el modelo de la UACM, que atiende a jóvenes que son madres solteras o que tienen hasta dos trabajos, pero que aún así hacen un esfuerzo por seguir estudiando.

Por eso, dijo, hacer ver a la institución como una universidad patito es una ofensa para la comunidad, pues aquí tenemos estudiantes que vienen de estados como Oaxaca, de comunidades nahuas de Puebla, que en sus tesis abordan la historia de su comunidad. Lo hacen a su ritmo y son buenos trabajos, además de que hay varios estudiantes que han recibido premios.

Estudiantes de licenciatura de la UACM coincidieron en que el trasfondo del conflicto es afectar a los estudiantes y se cuestionan los índices de titulación sin tomar en cuenta que para terminar una carrera se requieren hasta seis años para acceder al grado.

Por este motivo, estudiantes y académicos del posgrado de derechos humanos desconocieron a Esther Orozco como rectora de esa casa de estudios, por considerar que no representa a la comunidad estudiantil, sino a un proyecto de universidad eficientista.