En la búsqueda de modificar su esquema de autogobierno, la Cámara de Diputados se enfrascó en un agrio debate de siete horas para ajustar su reglamento, que entró en vigor apenas en enero, y en el cual dejaron a salvo el ejercicio predilecto de los legisladores: el uso ilimitado de intervenciones para responder las críticas de sus opositores.

El intercambio verbal se inició cuando los grupos parlamentarios fijaban su postura sobre la reforma al reglamento. El diputado Sergio Tolento (PAN) reprochó que los cambios avalados ayer desaparecen la sanción por la toma de tribuna y la interrupción de sesiones, que consistía en el descuento de un día de dieta y estuvo vigente sólo dos meses.

Tolento aseguró que el escándalo y las discusiones sólo denigran al Poder Legislativo, aunque minutos después sus compañeros desplegaron una manta para demandar que se aprobara la reforma laboral.

Con esa postura, Tolento facilitó la intervención de Gerardo Fernández Noroña (PT), quien se dijo aludido. Al tratar de limitar las participaciones en la tribuna, alegó, el PAN revelaba su vena autoritaria y pretendía evitar las críticas al régimen de Felipe Calderón Hinojosa.

Minutos después, la panista Valentina Díaz de Rivera le espetó que ella y sus compañeros de bancada están hartos de él, porque sólo usa la tribuna para sus babosadas y estupideces.

Aunque sus palabras fueron borradas del Diario de los debates, porque la mesa directiva las calificó de ofensivas, Díaz de Rivera sostuvo que el petista es un simulacro de diputado.

“Se la pasa insultando a los diputados, poniéndoles calificativos. Y yo le quiero decir que es una vergüenza para todos. Usted ni siquiera es inteligente. Viene aquí a darle vueltas a tres o cuatro ideas y no sabe ni debatir. Sus únicos ‘argumentos’ son el insulto, la denostación de todos, las babosadas que viene a decir aquí.”

El petista saltó de su curul para pedir otra intervención por alusiones, pero como en ese momento continuaba vigente la limitación de que los diputados sólo podían responder una vez, el presidente en turno de la Cámara, Francisco Javier Salazar (PAN), le negó el uso de la tribuna.

Díaz de Rivera no se detuvo. ¡Se calla y me escucha! Ya estuvo suave de que tenga usted su hora y media de fama en esta tribuna, cada vez que sube a decir sus estupideces. Hasta en su bancada deben estar hartos de usted, donde sí hay gente que piensa y es valiosa.

El petista devolvió que si ha utilizado los términos asesino e ilegítimo para referirse al gobierno de Felipe Calderón y sus colaboradores, ello no representa un calificativo, sino definiciones que leyó del diccionario. Desde las curules del PAN, una diputada le lanzó que aun así, su nivel no le permitía ganarle a una mujer, en referencia a Díaz de Rivera.

Podría con esa mujer y con otras, le dijo Fernández Noroña, en una respuesta que fue reprobada desde las filas panistas, donde le pidieron retirar su frase, que caracterizaron de misógina. En medio del griterío, la priísta Ana Estela Durán Rico, secretaria de la Comisión de Equidad de Género, lo defendió y arguyó que, al menos con ellas, siempre se ha comportado como un caballero.

Micrófono apagado

Al tratar precisamente de evitar los escándalos, la Cámara se sumió ayer en uno más. La diputada Teresa Guadalupe Reyes pidió la palabra para rectificar hechos, pero Francisco Salazar corrigió que el nuevo reglamento no permite ese recurso en la fundamentación de un dictamen, sino hasta el debate de éste, y ordenó apagar el micrófono en la tribuna, aunque la petista ya había comenzado a hablar.

Aun así, el vozarrón de la petista se escuchó en el pleno mientras increpaba a los panistas: ¡Si decirle espurio a Felipe Calderón los ofende, ése es su error, por respaldar a quien se robó la Presidencia de la República!

–¡Te duele que es el Presidente de los mexicanos! –le gritaron desde el PAN.

–¡Es el espurio!

–¡Es el Presidente, aunque te duela!

–¡Es el espurio dos! Porque ni siquiera tiene el copyright de los espurios en México. Porque el primero que se robó la Presidencia fue Carlos Salinas de Gortari, el patrón de varios de aquí.

Con todo, la Cámara aprobó una modificación, propuesta por Javier Corral, para que los diputados puedan responder alusiones personales sin limitación. El PRI, no obstante, rechazó ampliar ese privilegio a la rectificación de hechos, por considerar que si en un solo turno un diputado no podía convencer al pleno de un error en la discusión de un tema, menos podrá en dos o más.