Jalapa, Ver., 12 de abril. Este martes por la mañana falleció a los 81 años de edad Agustín Acosta Lagunes, gobernador de Veracruz en el sexenio 1980-1986, periodo que se caracterizó por la proliferación de cacicazgos regionales y bandas delictivas en el estado.

Tras el deceso del ex mandatario –ocurrido en su domicilio de la ciudad de México por complicaciones de un enfisema pulmonar–, el gobernador Javier Duarte de Ochoa dio sus condolencias a la viuda, Esperanza Azcón, y demás familiares de Acosta Lagunes, primero en su cuenta de Twitter y posteriormente en un comunicado oficial.

Duarte llamó a Acosta Lagunes político visionario, un gran administrador público y un gobernante que trabajó incansablemente por los veracruzanos y anunció que será un ejemplo para mi gobierno.

Acosta Lagunes nació en el municipio de Paso de Ovejas el 31 de diciembre de 1929. Estudió economía en la Universidad Nacional Autónoma de México y al término de su administración se dedicó a las actividades empresariales en el ramo agropecuario.

Se vinculó al Consejo Empresarial Mexicano para Asuntos Internacionales y fue asesor especial en materia financiera del gobernador Fidel Herrera Beltrán de 2009 a noviembre del 2010.

Subdirector de Control de la junta de gobierno de los Organismos Descentralizados y Empresas de Participación Estatal y director de Inspección de Adquisiciones de la Secretaría del Patrimonio Nacional (1964-1971), también dirigió la Casa de Moneda y fue subsecretario de Inspección Fiscal de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de 1978 a 1980.

Acuñó la frase Veracruz, granero y yunque de la nación, que repitieron sus sucesores durante décadas. En su gobierno impulsó la fundación de los museos de la ex Hacienda de El Lencero y de Antropología de Veracruz, cuyos acervos, en gran parte prehispánicos, fueron adquiridos con el erario estatal.

Durante su gobierno surgió la Sonora Matancera, de su pariente Felipe Lagunes.

También alcanzaron gran poderío Toribio Gargallo, en el municipio de Córdoba, y Cirilo Vázquez Lagunes en el sur, y tanto Alejandro Hernández Dolores como Arturo Izquierdo Hebrard en el norte, entre otros pistoleros que de 1980 a 1990 cometieron al menos 45 asesinatos, algunos de los cuales fueron denunciados durante su sexenio.

Los restos del ex gobernador son velados en una funeraria de la capital del país y serán sepultados en el Panteón Francés.