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Cerca de mil millones de personas padecen hambre en el mundo, reporta la FAO

Alerta Banco Mundial por altos y volátiles precios de alimentos

Colocan en la sede del organismo el reloj del hambre; la cifra aumenta 68 personas por minuto

Advierte de problemas relacionados con la agitación política en Medio Oriente y África

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Colocación del reloj del hambre en el edificio principal de la sede del Banco Mundial en WashingtonFoto Roberto González Amador
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Periódico La Jornada
Miércoles 13 de abril de 2011, p. 32

Washington, 12 de abril. No pasa un segundo sin que una persona en el mundo comience a padecer por falta de comida. Un enorme reloj del hambre comenzó a ser montado fuera del edificio principal del Banco Mundial, a un par de cuadras de la Casa Blanca. El mundo está saliendo de la crisis financiera y económica pero enfrenta ahora otros riesgos y cambios tumultuosos, expuso hoy Robert B. Zoellick, presidente del organismo financiero.

Los otros riesgos tienen que ver con los altos y volátiles precios de los alimentos, explicó Zoellick. También con el alza en el costo de los combustibles, que a la vez afecta la cotización y suministro de los productos agropecuarios.

Hay otros problemas, abundó el presidente del Banco Mundial: la agitación política en varios puntos de Medio Oriente y África; los frecuentes desastres naturales; la inflación que va en aumento en algunos países en desarrollo, cuyas economías corren el riesgo de sobrecalentarse; y la creciente deuda pública en algunos países europeos.

No es ahora momento para la complacencia, dijo Zoellick, este martes.

Los pobres sufren más

En la reunión anual del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que se realiza esta semana, el alza en el precio de los alimentos y sus consecuencias en el mundo en desarrollo serán puestas sobre la mesa de discusiones. El reloj del hambre busca llamar la atención de los ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales de 187 países que llegarán a esta capital.

El reloj estará listo al final de esta semana. Según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) mil millones de personas padecen hambre en el mundo. Y desde allí comenzará la cuenta.

Los pobres están sufriendo más y hay más pobres sufriendo. Tenemos el reloj frente al edificio (del Banco Mundial), que muestra que cerca de mil millones de personas, y contando, padecen hambre en el mundo. Cada minuto, 68 personas caen en esta situación. Más de una por segundo, dijo Zoellick.

El alza en el precio de los alimentos llevó a la pobreza a 44 millones de personas en el mundo hasta principios del año pasado. La cifra será actualizada esta semana por el Banco Mundial, cuando presente un nuevo reporte sobre las consecuencias del encarecimiento de la comida.

Las personas que viven en pobreza en el mundo cuentan con un ingreso de 1.25 dólares (16.20 pesos mexicanos) al día. De esa cantidad, 80 centavos de dólar (el equivalente a 10.4 pesos) lo gastan en comprar comida. El precio de los alimentos no ha estado tan alto como ahora, según el organismo. El precio del maíz, por ejemplo, subió 81 por ciento desde junio pasado y el del trigo lo hizo en 79 por ciento.

Detrás de las estadísticas del hambre hay una realidad severa, como apuntó el Banco Mundial en un reporte. Alrededor de 3.5 millones de niños menores a cinco años que viven en los países en desarrollo mueren cada año por enfermedades relacionadas con la desnutrición. Los que logran sobrevivir probablemente no conseguirán desarrollar su potencial si su alimento carece de los nutrientes adecuados y el acceso a seguridad social, agua limpia y servicios de drenaje no está a su alcance, apuntó el organismo.

Las pérdidas económicas de los países en vías de desarrollo en que los niños tienen niveles altos de desnutrición llega a representar de 2 a 3 por ciento del producto interno bruto nacional, indica el Banco Mundial. El resultado es un círculo vicioso en el que la pobreza causa desnutrición y la desnutrición perpetúa la pobreza, considera Tamar Manuelyan Atinc, vicepresidenta de la red de desarrollo humano del organismo.

Problemas en el Norte afectan la recuperación

Los países industrializados enfrentan problemas de finanzas públicas. Es en parte resultado de las medidas puestas en marcha después del colapso del sistema financiero y de la economía en 2009, que requirió cuantiosos recursos públicos para rescatar a los bancos y generar políticas de apoyo al crecimiento y al empleo.

En promedio, las economías de países industrializados tienen un déficit fiscal que equivale a 7.8 por ciento de su producto interno bruto (PIB), de acuerdo con el informe Monitor fiscal, presentado hoy por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Es un nivel elevado si se toma como referencia que en los países de la Unión Europea el déficit fiscal no debería ser superior a 3 por ciento del PIB.

Estados Unidos tiene un déficit fiscal de 10.8 por ciento; Japón, de 10 por ciento (y crecerá más por los costos asociados a la reconstrucción después del terremoto y para enfrentar la emergencia nuclear), y el Reino Unido de 8.6 por ciento, en todos los casos como proporción del PIB nacional.

Hay una diferencia significativa en los países en desarrollo, en los que el déficit fiscal es de 2.6 por ciento del PIB. México, con 1.8 por ciento del producto, se encuentra debajo del promedio para América Latina, que es de 2.2 por ciento.

Además del déficit, los países avanzados acumularon más deuda pública. Este año, su endeudamiento es comparable con el 110 por ciento del producto interno bruto, mientras el de que las naciones en desarrollo no llega a 40 por ciento del PIB.

Los problemas fiscales y de endeudamiento están ahora en el Norte. El FMI apremió hoy a Estados Unidos a poner en marcha medidas creíbles para reducir su deuda, que equivale a 99.5 por ciento de su PIB y que aumentará a 110 por ciento en menos de cinco años.

El retraso en el ajuste fiscal en los países industrializados, que con tanta determinación impone el FMI cuando la crisis afecta a las naciones en desarrollo, es uno de los lastres de la recuperación.

Lo dijo hoy Carlo Cotarelli, jefe del departamento de asuntos fiscales del FMI. Estados Unidos y Japón no mejoran en la reducción de su déficit fiscal. Si no hay una disminución de estos desequilibrios en los países avanzados, apuntó, las consecuencias serán mayores tasas de interés y menor crecimiento económico. Si esos países deben pagar mayores tasas de interés y crecen menos, bueno, pues eso tiene consecuencias en el resto del mundo, añadió.