La marcada presencia de elementos y símbolos de origen prehispánico distinguen a la celebración de Semana Santa en la región cora, ubicada en los estados de Jalisco y Nayarit, de las del resto que se efectúan en México.

De ello da cuenta la muestra  fotográfica Los coras del Nayar: imágenes de una herencia ancestral, que hoy será inaugurada en el Museo del Templo Mayor y concluirá el 14 de agosto.

Son 57 imágenes, la mayoría de ellas capturadas por el arqueólogo Raúl Barrera durante una investigación de cuatro años, entre 2003 y 2006, en las que se registran los ritos que tienen lugar en Santa Teresa del Nayar, Nayarit, con motivo de la Semana Santa, un sincretismo entre el mundo prehispánico y el catolicismo.

En ellos, los hombres de la localidad pintan sus cuerpos de blanco o con puntos y rayas horizontales y verticales en negro, como una manera de transformar su condición humana a demonios o judíos personificados, la encarnación del mal, explicó el director del Museo del Templo Mayor, Carlos Javier González González.

El color de esas pintas cambia en Viernes Santo a rojo, ocre y naranja, los cuales simbolizan muerte y sacrificio, agregó el funcionario en conferencia de prensa, efectuada ayer.

Dividida en cuatro módulos, la exposición incluye asimismo una decena de fotografías tomadas por Michel Zabé de una serie de figuras antropomorfas, de 2 mil 200 años de antigüedad, encontradas en entierros prehispánicos, llamados tumbas de tiro, en las que se aprecian decorados muy similares a los que se usan actualmente en dicha ceremonia, y sirven como punto de comparación.

Los antiguos coras realizaban este tipo de práctica en lo que hoy se conoce como Mitote guerrero, explicó González González.

Que estos rasgos y símbolos lograran trascender hasta la fecha, agregó, se debe a que los coras es el grupo indígena que se mantuvo más tiempo aislado de la influencia colonial, pues fueron conquistados dos siglos después de la llegada de los españoles a lo que hoy es territorio nacional.