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Ver día anteriorMartes 12 de abril de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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El virus A/H1N1 en Chihuahua
E

l virus de la influenza pandémica A/H1N1 reapareció este año en Chihuahua, lo que da lugar a nuevas interrogantes sobre el comportamiento de esta enfermedad. En el periodo comprendido entre el 22 de marzo y el 6 de abril, la Secretaría de Salud de esa entidad reconocía tener registrados 45 casos confirmados; 28 sospechosos en estudio y 18 también bajo sospecha, aunque sin muestra. Mediante un reporte oficial, la dependencia informó que de estos enfermos, 10 se encuentran hospitalizados, tres en condición grave. En el lapso que cubre la información publicada por el gobierno local han fallecido 6 personas. El mayor número de casos confirmados (28) y de muertes (5) se han presentado en Ciudad Juárez.

Estos datos son muy importantes e inevitablemente constituyen una señal de alerta por el antecedente que todos recordamos: la pandemia producida por el A/H1N1 en 2009-2010. Hace exactamente dos años, en marzo-abril de 2009, se registraron los primeros casos en México, con cifras muy parecidas, para el mismo periodo, a los que se presentan ahora en Chihuahua. Pero las condiciones son hoy muy diferentes, pues: a) se conoce mejor al agente y puede ser confirmado en laboratorios de nuestro país; b) la población está familiarizada con las medidas de prevención; c) se tienen los medicamentos antivirales que mostraron eficacia en la contingencia anterior, y d) se cuenta con vacunas. Además, para nuestra tranquilidad, el secretario de Salud federal, José Ángel Córdova Villalobos, aseguró que este brote ya está controlado. Entonces, ¿no hay razones para estar preocupados?

En mi opinión, la presencia de nuevos casos de influenza por el virus A/H1N1 en Chihuahua, más que certezas acerca de un desenlace feliz –que desafortunadamente ya no lo fue para los enfermos y sus familias–, abre nuevas interrogantes. El paralelismo con el comienzo de la epidemia en México en 2009, confirma el comportamiento atípico del agente en comparación con la gripe estacional, ya que, a diferencia de ésta, los brotes se originan en la primavera. La primera pregunta que surge, pues la transmisión del virus es de persona a persona, es si podrá limitarse al estado de Chihuahua y ser resuelta mediante la estrategia de cercos sanitarios focalizados, el reforzamiento de las campañas preventivas y la vacunación. Teóricamente tendría que ser así, pero aún es muy temprano para dar respuestas definitivas. Hay que observar cuidadosamente el comportamiento de este nuevo brote, pues la realidad –y esto lo sabe bien el Secretario de Salud– siempre queda por encima de nuestras suposiciones.

Otra pregunta es: ¿por qué el virus reaparece como un brote en el norte de la República? Es muy difícil determinar con precisión el lugar geográfico en el que surgió el virus pandémico de 2009, pero al parecer esto pudo ocurrir en México o Estados Unidos. Los primeros casos en el país vecino en aquel año, se presentaron en el sur de California y en Texas. Ahora, dos años después, ocurre un nuevo brote en México, en la región fronteriza con el estado de Texas. Hasta el momento el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) del país vecino, no ha reportado ningún brote de influenza por el A/H1N1 en su territorio. Pero está justificado preguntarse: ¿qué sucede a ambos lados de la región fronteriza desde el punto de vista sanitario?

También cabe preguntarse si realmente se trata del mismo agente. No basta ya con confirmar que se trata del A/H1N1. Desde 2009 se han acumulado nuevos estudios sobre mutaciones que dan lugar a cepas resistentes a los antivirales, por lo que resulta obligatorio conocer si entre los casos confirmados en Chihuahua hay algunos que puedan corresponder a ellas.

Los datos oficiales más recientes, publicados el 19 de julio de 2010 por la Secretaría de Salud federal, sobre el comportamiento de esta patología en nuestro país, muestran que a partir de octubre de 2009 ocurrió un franco descenso del número de casos confirmados y para junio de 2010 éstos prácticamente habían desaparecido. La reducción del número de enfermos por esta causa en el mundo llevó a la Organización Mundial de la Salud a declarar el fin de la pandemia y el ingreso a una fase pospandémica.

El brote reciente en Chihuahua es preocupante y tiene gran importancia en esta nueva etapa, por lo que requiere de la mayor atención. Permite además formular nuevas preguntas que ayudarán a entender mejor, desde los puntos de vista médico y científico, el comportamiento del agente y de la enfermedad, así como perfeccionar las acciones para su control.