Milán, 11 de abril. El premier de Italia Silvio Berlusconi, quien compareció este lunes ante los tribunales para una audiencia por fraude fiscal de su imperio de prensa Mediaset, aseguró que únicamente dio dinero a la joven marroquí, Karima Mahrug, alias Ruby para que no se dedicara a la prostitución. El gobernante aprovechó la sesión para lanzar acusaciones a los magistrados de izquierda, y reiteró que es víctima de un intento para ser eliminado de la escena política.

Il Cavaliere es acusado de pagar por sexo a Ruby cuando ésta era menor de edad.

Al entrar el lunes al tribunal, donde una veintena de partidarios lo ovacionaron, Berlusconi añadió que sólo intentó ayudar a la chica, que había huido de un centro social, porque me contó una historia que me conmovió.

Añadió que le había dado 45 mil euros para comprar un equipo de depilación láser con el que iba a poner un centro de belleza junto con una amiga. También negó lo que describió como ridículas acusaciones de abuso de poder cuando llamó a la policía de Milán después de que la joven fue detenida por un robo sin relación con el caso.

Berlusconi dijo que creía que era sobrina del ex presidente egipcio Hosni Mubarak e hizo una llamada para impedir un incidente diplomático, pero niega que haya presionado a los agentes.

El caso Ruby ha desgastado notablemente la imagen de Berlusconi, quien no obstante parece tener el apoyo en el Parlamento para afrontar lo que le queda de su mandato que termina en 2013.

En el juicio por fraude con Mediaset, el primer ministro es acusado de haber inflado artificialmente los precios de los derechos de difusión de películas para constituir una caja negra en el extranjero, reducir sus beneficios en Italia y pagar menos impuestos.

Se trata de procesos increíbles, montados para cubrir de fango a un adversario, declaró el mandatario a la salida del tribunal. Esta magistratura trabaja contra el país, clamó el jefe de gobierno, quien acusó de nuevo a los jueces de ser politizados y de izquierda.

Su aparición en el juicio por fraude fiscal contrastó con su decisión de permanecer alejado de la apertura del caso Ruby, el más escandaloso en su contra.