Trilogía será inaugurada en San Ildefonso
Reúne 96 trabajos en blanco y negro
Con Yampolsky aprendió a documentar tradiciones
Martes 12 de abril de 2011, p. 5
Una revisión de tres décadas del quehacer fotográfico de Flor Garduño, artista mexicana radicada en Suiza, se mostrará a partir de este miércoles en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
Se trata de la exposición titulada Flor Garduño: trilogía, que reúne 96 trabajos en blanco y negro, la cual fue curada por la suiza Paola Cerruti.
La inauguración será mañana a las 20:30 horas, en el recinto de Justo Sierra 16, Centro Histórico.
La muestra de Garduño bien pudo haber sido de pintura, porque en sus principios realizó estudios en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De acuerdo con Emma Cecilia García, coordinadora de la exposición, la primera formación de Garduño la sensibilizó para lo que más adelante sería su carrera de fotógrafa
, además de proporcionarle los elementos necesarios para crear composiciones espectaculares y escenarios en los que participan a veces la naturaleza, el hombre-bestia, el cuerpo femenino y, otras, los diversos objetos que conviven en armonía
.
Precisamente en la ENAP, Garduño tuvo como maestra a la fotógrafa Kati Horna, de quien recibió no sólo sus sabias enseñanzas, sino también admiró su particular forma de mirar la vida
. De estudiante, también conoció a Manuel Álvarez Bravo de quien fue asistente en el trabajo de impresión en el cuarto oscuro.
Otro factor relevante, apuntó García, fue el trabajo de Garduño en la Secretaría de Educación Pública, bajo la tutoría de Mariana Yampolsky, el cual le dio la oportunidad de recorrer varias zonas del país, comunidades indígenas, pueblos lejanos y documentar con su cámara ese mundo de tradiciones.
Obsesiones y recurrencias
La muestra se divide en tres temas: Bestiarium, Mujeres fantásticas y Naturalezas silenciosas. Respecto del último apartado, que sería naturalezas muertas en español, Garduño dijo haber adoptado el término desde 1979/80, cuando estudiaba con Horna, porque así se decía, still life. Además de poético, se me hizo muy verdadero, porque no todas las naturalezas que presento están muertas o sin vida. Es un tema muy personal que me da mucha posibilidad de juego, de exponerme. Son como pequeños apuntes, obsesiones, recurrencias o sueños
.
Si en un principio la fotografía de Garduño nos acercó a Latinoamérica
, Cerutti mencionó una posterior influencia europea en la obra de la fotógrafa.
“Kati Horna –dijo Garduño– manejaba mucho los símbolos y los mitos. Entonces, estar en Suiza me recordó y me abrió este interés que tenía por la alquimia, que he trabajado en mis desnudos.
Trabajar también es una manera de jugar. Tengo una parte muy lúdica, me he permitido gozar.
Paloma Porraz, directora del Antiguo Colegio de San Ildefonso, señaló que toda exposición de Garduño parte de un libro, de allí que la instancia ha editado el volumen de esta muestra, la cual, se anunció que hará escala en Oaxaca.