En los pasados tres años, las autoridades delegacionales autorizaron la instalación de 175 tiendas de conveniencia, exprés, minisúper y Bodegas Aurrera Exprés, que han significado el cierre de 500 negocios familiares y la pérdida de alrededor de mil 500 empleos directos.

En pequeños espacios, sin estacionamientos, y con precios superiores, muchas de las veces, a los que manejan las tradicionales tiendas de la esquina, farmacias y tortillerías han proliferado en las delegaciones Iztapalapa, Miguel Hidalgo, Coyoacán, Benito Juárez y Gustavo A. Madero, donde también se concentra el mayor número de tiendas de autoservicio.

Los llamados Oxxo, 7 Eleven, Extra, BBB y Aurrerá han invadido no sólo las colonias de alto poder adquisitivo, sino también las populares. Funcionan las 24 horas del día, aunque los productos que ofrecen son chatarra: refrescos, papitas, dulces, bebidas embriagantes y hasta cigarros.

Sus principales clientes, comentan propietarios y encargados de tiendas de abarrotes, como José Luis Pérez, son jóvenes que se sienten atraídos por lo bonito del establecimiento y la posibilidad de tomar los productos de su elección sin necesidad de esperar a que te despachen, lo cual ha provocado la desaparición de los llamados tendajones, donde los productos estaban colocados en vitrinas de madera o tablas detenidas por ménsulas, y los refrescos los tomabas de pequeños refrigeradores.

Dicha situación, sin embargo, no afecta exclusivamente a este sector, sino también a los locatarios de los mercados públicos, porque algunas de esas tiendas ofrecen productos empaquetados, carnes frías y frutas, más caras y refrigeradas, representando una competencia desleal para quienes tenemos años manteniendo nuestro negocio de verduritas de buena calidad y mejor precio, señala a su vez doña María.

El director de Abasto, Comercio y Distribución de la Secretaría de Desarrollo Económico, Gabriel Godínez, explicó que por cada tienda de conveniencia o exprés abierta se generan 10 empleos, pero se afectan 40 directos e indirectos, y se provoca el cierre de uno de cada cuatro negocios, en promedio, principalmente tortillerías, abarrotes y farmacias, que no pueden competir en igualdad de circunstancias y ofrecer en 5 pesos el kilo de tortillas y a peso el bolillo, como hacen aquéllas.

La delegación Iztapalapa concentra el mayor número de esas tiendas, que “compran en lugares ya acreditados sin importar los negocios ubicados alrededor, provocando ya el cierre de 500 pequeños negocios en la ciudad.

De no ponerse un alto esta tendencia continuará, así que se busca fortalecer los sistemas de abasto tradicionales, dando certeza jurídica a 800 mil comerciantes en pequeño y alternativas de desarrollo”, indicó.