Reconciliaciones
Unidad a cualquier precio
Aberración, retorno de Bejarano
San Fernando, emblemático
os procesos formalmente exitosos (la renovación de sus órganos directivos nacionales y el desenlace del episodio del estado de México) tienen a la izquierda electoral al borde del síndrome de la unidad a cualquier precio. Empecinadas en guardar las formas por encima de todo, las piezas discordantes del Frankenstein negro y amarillo vuelven a sus moldes tradicionales de actuación y operación, satisfechos parcialmente los objetivos inmediatos de cada uno de los bandos, de nueva cuenta juntos los sabidos adversarios, hasta que el siguiente diferendo táctico los separe, en una dialéctica roma que se alimenta de ambiciones, amagos, conveniencias y falsas reconciliaciones (la política de siempre, pues).
No hubo ruptura, pero tampoco deslindes o correcciones verdaderas. Fintas de combate para acabar en empates negociados y continuidad convenida de las mismas historias de perredismo mercantilizado. Los chuchos se quedaron con la presidencia del comité nacional del sol azteca (mediante otro Jesús, no sólo de nombre) sin más gritos ni sombrerazos que los necesarios para forzar arreglos de última hora en favor de la corriente numéricamente secundaria que finalmente se alzó con la secretaría general para la polémica Dolores Padierna y la reinserción pública de su esposo, el profesor Bejarano, que no solamente retomó en sesiones formales del PRD su papel conocido de operador en jefe de su movimiento de la esperanza y la Izquierda Democrática Nacional, sino que incluso consiguió un lugar en el consejo político nacional del citado partido, como si la etiqueta infamante de los videos con Carlos Ahumada se pudiera diluir o borrar con el paso del tiempo. Regalo dorado para los propagandistas contrarios al sol azteca y al lopezobradorismo, pues la reinstalación del profesor Bejarano en los estantes del poder perredista pareciera confirmar las sostenidas versiones de que los testimonios gráficos de corrupción política siempre contaron con la benevolencia política de segmentos decisorios de esa izquierda electoral nuevamente demeritada, como en una repetición instantánea de aquellos crudos videos.
El saldo de las primeras batallas a fondo por el 2012, con el estado de México como escenografía de oportunidad, deja a Marcelo Ebrard atropelladamente autodeclarado precandidato presidencial en pleno, como respuesta de última hora al naufragio que vivió cuando una consulta ciudadana aprobó en urnas la política de alianzas con el PAN que ese jefe de gobierno capitalino había sostenido contra viento y marea en otras entidades pero que ahora él mismo debería sepultar apoyando en público a Encinas como única forma de mantener en línea sus aspiraciones presidenciales.
López Obrador ganó, pero no tanto como parece ni de manera necesariamente prolongada y consistente. Los chuchos sostienen ahora una alianza con el PAN en busca de tumbar a Encinas de la candidatura al estado de México por la misma vía que a finales del año pasado había mencionado el propio Alejandro como razón de que en aquellos momentos declinara a las posibilidades de ser candidato: el eventual conflicto judicial de interpretación sobre su domicilio electoral. Un PAN despechado por el rudo abandono de que fue víctima a media plaza de Toluca, más un chuchismo deseoso de cobrarle a AMLO el descalabro judicial o electoral de Encinas si éste se produjera, son los ingredientes de los siguientes episodios de la telenovela que ya no cesará de producir emociones y arrebatos hasta finales de 2012. Por lo pronto, el mismo AMLO tiene colocada ya la opción de repuesto si Encinas cae: la candidata original, Yeidckol Polevnsky, que solicitó licencia al Senado para quedar en condiciones jurídicas de remplazar a Alejandro si se diera el caso.
El PRD se mantiene unido
, pues, como una fórmula de supervivencia obligada, pero sin resolver sus diferencias de fondo ni replantear políticas generales o eliminar sabidos y repetitivos esquemas de perversión de sus posibilidades de lucha y transformación: las corrientes internas siguen tan campantes (abriendo el paso a aberraciones como la reinserción de Bejarano), los chuchos siguen al frente de la franquicia, López Obrador sigue adelante con su Morena pero ya habla de reconciliaciones en curso, Ebrard y Camacho reculan pero se mantienen listos para las siguientes etapas del colaboracionismo con Los Pinos, y el oportunismo, el mercantilismo y la ligereza ideológica siguen siendo los rasgos distintivos de ese aparato partidista unido
.
Astillas
San Fernando, Tamaulipas, se ha convertido en referencia internacional para entender el horror que se vive en México. Absoluta incapacidad institucional para proporcionar seguridad a la población y una completa impunidad de quienes atacan, secuestran, torturan, asesinan y sepultan a ciudadanos extranjeros y nacionales. Dolorosas resultan, además, las versiones de que altos funcionarios federales habrían suspirado, un poco relajados, ante la presunta confirmación de que la gran mayoría de las víctimas eran mexicanos y no centroamericanos, ya que esta última posibilidad habría reactivado conflictos diplomáticos. A ver cómo siguen esos ánimos ante los reclamos estadunidenses, porque alguno de los viajeros secuestrados era ciudadano de la nación vecina que así ve abonados los caminos para continuar tomando el control del país doliente... Marco Antonio Adame, el ultraderechista gobernador de Morelos, protegido a capa y espada por Felipe Calderón a pesar de los continuos y graves errores cometidos, cambió a su secretario de Seguridad Pública, como si el relevo de un militar por otro sugiriera cierto tipo de castigo
a alguien por tanta violencia desatada. Desde luego, Marco, con eme, cree que esa sustitución en SSP es un guiño justiciero hacia Javier Sicilia... Y, mientras Ollanta Humala y Keiko Fujimori pasan a segunda vuelta en Perú, ¡hasta mañana, con un pastor cristiano secuestrado en plena ceremonia religiosa por un comando armado en el puerto de Lázaro Cárdenas, en Michoacán!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx