Los Ángeles. La estadunidense Susan Braig, a quien en 2004 se le diagnosticó cáncer de seno, por lo cual se sometió a un costoso tratamiento de quimioterapia, cuyas facturas médicas paga con las ganancias de su trabajo en joyería diseñada con medicamentos caducos.

Recientemente Braig entró a formar parte del gran grupo de estadunidenses que no cuenta con seguro médico. De acuerdo con un reciente informe de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), aproximadamente 50 millones de estadunidenses no tienen seguro médico, 3 millones de personas más que el año pasado.

La artista, de 61 años, tuvo la brillante idea en 2007 durante una exhibición de arte con tema médico para la Fundación NewTown de Pasadena, California. Braig quería crear una campaña publicitaria para la joyería Tiffany a manera de sátira. El proyecto era que las pastillas remplazaran los diamantes, los rubíes y las esmeraldas, pero terminó diseñando una tiara con restos de su gabinete de medicinas. Así nació su línea Joyas de Diseñador de Drogas, cuyas piezas oscilan entre los 15 y 150 dólares.

La primera tanda de medicinas me costó 500 dólares y las tuve que pagar de mi bolsillo. Miré el recibo y luego las diminutas pastillas y me pregunté si eran piedras preciosas, dijo la artista al diario Los Angeles Times.

Fue una asociación clara entre su vida personal, profesional y sociopolítica. Un tipo de convergencia que no es usual, declaró Richard Amromin, curador de la institución.

Braig, además, dona algunas piezas a organizaciones sin ánimo de lucro y tiene planeado comenzar a distribuir sus productos en las tiendas de regalos de los hospitales.

La artista, que ahora recibe donaciones de medicamentos viejos, utiliza un tipo especial de goma y pgamento para que las piezas mantengan su color y no se estropeen.

Para Braig, sus joyas no sólo son un medio para salir de la deuda, sino una terapia divertida.

En Estados Unidos una de cada cinco personas no tiene seguro médico los 12 meses del año.