Serían integrantes de una célula del cártel del Pacífico, señalan
Domingo 10 de abril de 2011, p. 8
Cuernavaca Mor., 9 de abril. Las bases de datos de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal permitieron a la Procuraduría General de Justicia de Morelos (PGJM) identificar a dos de los presuntos asesinos de siete personas, entre ellos Juan Francisco Sicilia, hijo del poeta Javier, revelaron a La Jornada funcionarios de las dependencias.
Esos documentos confidenciales aportaron informes a los investigadores de este caso sobre la posibilidad de que los asesinos formen parte de una célula del autodenominado cártel del Pacífico Sur (CPS) que opera en la entidad.
Mediante el registro de huellas dactilares encontradas en el vehículo Honda abandonado en el fraccionamiento Las Brisas, de Temixco, donde se hallaron los siete cadáveres el pasado 28 de marzo, se pudo conocer que los dos presuntos autores materiales de esos hechos –aún prófugos– cuentan con antecedentes penales. Hoy se sabe que ambos tienen algún vínculo con un grupo criminal que encabeza Jesús Radilla, El Negro, identificado por las autoridades como un ex operador del cártel de los Beltrán Leyva.
Los presuntos autores materiales de ese múltiple crimen dejaron una cartulina en el vehículo donde abandonaron los cuerpos, en la que responsabilizaban de los hechos a un grupo denominado CDG (probablemente en referencia al cártel del Golfo).
Creemos que dejaron ese mensaje con la intención de desviar la atención de los investigadores hacia grupos criminales de Tamaulipas, cuando hoy sabemos, por los registros de la AFI y de la Policía Federal, que probablemente pertenecían a la célula de una banda de narcomenudistas y extorsionadores sinaloenses
, sostuvo un funcionario ministerial que participa en las pesquisas y que solicitó el anonimato.
Los fiscales que investigan el caso aún no tienen claro el móvil del múltiple homicidio. Aún desconocemos por qué mataron a los siete, y tampoco sabemos dónde ocurrió el crimen
, dijo uno de los funcionarios.
Añadió que la línea de investigación más definida apunta a que los homicidas se sintieron amenazados ante la posibilidad de ser denunciados por alguna de las víctimas
, lo que pudo motivar el crimen.
Tampoco se descarta que los asesinos hubieran querido dar una especie de lección
a una de las víctimas, para disuadirlo de su intención de denunciarlos. Es probable que la represalia fuera dirigida al ex militar identificado como Álvaro Jaimes Avelar (tío de dos de los jóvenes muertos), pero al haberse excedido y ocasionarle la muerte, los delincuentes habrían optado por matar al grupo que acompañaba a Jaimes.
El dato que falta por ser aclarado es si uno de los dos presuntos asesinos identificados por las autoridades perteneció a las filas del Ejército.