La Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) llegará a su décimo aniversario sumergida en su primer gran conflicto: una división interna protagonizada por la rectora, Es- ther Orozco Orozco, y gran parte de la comunidad universitaria.

Luego de la amenaza de algunos diputados de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) de alterar la autonomía de la casa de estudios y la cerrazón de la rectora, quien en un desplegado acusó a la comunidad universitaria de tener bajo desempeño académico y calificó el proyecto educativo como un fraude, muchos estudiantes y profesores de la institución comenzaron a denunciar presuntos actos de corrupción, reparto discrecional de plazas y recursos, y falta total de transparencia en la gestión de las autoridades de la institución.

Los denunciantes entregaron a La Jornada varios documentos que dan fe de de este tipo de prácticas. Acudieron a la sede de este diario para manifestar su rechazo a las acciones de Orozco. Aseguraron que tienen temor de dar sus nombres ante el clima de hostigamiento que se vive en la UACM ante cualquier crítica a la rectora.

En la ALDF, origen de la división

El conflicto estalló cuando el presidente de la Comisión de Educación de la ALDF, Octavio West, propuso modificar la ley de la casa de estudios. En principio, la iniciativa contó con el apoyo del PRD en ese órgano legislativo. Los dos puntos que causaron controversia son la propuesta de relección de rector y dar a la rectoría potestad de contratar al personal que considere, sin tomar en cuenta al Consejo Universitario ni al Sindicato Único de Trabajadores de la UACM.

Frente a ello, la comunidad universitaria (estudiantes, académicos y trabajadores) se movilizó. En diez años fue el primer movimiento de nosotros como integrantes de la UACM, refiere en entrevista Tania Rodríguez, profesora del área de ciencias sociales en el plantel San Lorenzo Tezonco.

En los cinco planteles de la institución se realizaron asambleas y hasta el cierre de los colegios para manifestar su rechazo a la intromisión de personas externas a la universidad. El movimiento consiguió que la ALDF se comprometiera a no alterar la ley de la casa de estudios.

Sin embargo, el desplegado publicado recientemente por la rectora causó gran molestia entre la comunidad. “No estaba a debate el modelo académico de la UACM –dice Rodríguez–, pero Orozco lo puso en la discusión. Lastimó a la comunidad; no puede calificar que los estudiantes no se titulan por bajo desempeño académico, pues a diferencia de otras casas de estudio, la UACM atiende a otro tipo de jóvenes. No todos se dedican ciento por ciento al estudio, muchos trabajan y son padres. Además, la universidad se fundó en 2001, algunas carreras tiempo después, y los chavos no ingresaron a un noveno semestre, vienen desde una especie de propedéutico, y eso ella lo sabe”.

Otros sectores de la institución advirtieron que con ese desplegado Orozco puso a debate el proyecto fundacional de la UACM, que surgió como una universidad que no pretendía competir con otras, sino ser inclusiva. Lo que ella quiere es llevar a la institución a esa lógica de universidad de excelencia.

Esther Orozco Orozco, rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de MéxicoFoto Cristina Rodríguez

Enrique González Ruiz, coordinador de la maestría de derechos humanos de esa casa de estudios, aseveró que se trata de un proyecto valioso creado a contracorriente del neoliberalismo, pues no había una universidad pública desde que se fundó la UPN, por allá de 1976. Es gratuita, lo que constituye veneno puro para el Banco Mundial; no reconoce diferencias entre sus profesores e investigadores, de modo que no existen en ella los estímulos a la productividad; funciona en los centros de mayor concentración poblacional y donde abundan las carencias; no establece límites de tiempo para la estancia de los estudiantes en las aulas y tiene un programa en ocho centros de reclusión del Distrito Federal.

Busca poder

Sin embargo, los universitarios que acudieron a este diario denunciaron que la intención de Orozco es tener el poder, apoyada por su equipo. Entre la documentación presentada –de la que se tiene copia– hay un acuerdo firmado por el Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal y la UACM en febrero de 2009 (cuando Orozco encabezaba la primera dependencia), donde se asignó un millón 500 mil pesos para el posgrado de ciencias genómicas, área de estudio de la rectora y donde su hermana Lorena Orozco, quien es funcionaria del gobierno federal, ocupa una plaza de tiempo completo –lo que está prohibido por el estatuto universitario– y 500 mil al Centro de Investigación y Producción de la Imagen, instancia en la que colabora su hija Alejandra Sánchez Orozco.

De acuerdo con un proyecto de trabajo presentado a la coordinación académica de la universidad, esos recursos se destinaron para la grabación de un programa de divulgación llamado Gregoria la cucaracha, producido por Sánchez Orozco, cuya idea original es de Nora Huerta, coordinadora de Difusión Cultural de la UACM, funcionaria muy cercana a la hija de la rectora. Los quejosos advirtieron que este hecho es una muestra de la manera discrecional en que se distribuyen los recursos, pues prácticamente nadie se enteró de esa aprobación.

Consideraron que parte de la administración de Orozco –que comenzó en mayo de 2010– se caracteriza por falta de transparencia. De hecho, advirtieron que hasta la fecha la rectora no ha presentado un programa de trabajo. Por esta razón, el Consejo Universitario de la casa de estudios, en su sesión del 17 de febrero de este año, durante la aprobación del uso del presupuesto, decidió dejar en reserva cuatro partidas: difusión y extensión universitaria, gastos de propaganda en medios y académicos, así como una partida de 4 millones 800 mil pesos que se destina al pago de indemnizaciones.

A casi un año de haber sido elegida, distribuye el presupuesto de manera discrecional, sólo para sus grupos, no acepta la crítica y tiende a la persecución de sus detractores, acusaron.

A las irregularidades de la rectoría se suma la acusación de integrantes del sindicato de la UACM, quienes documentaron que desde septiembre del año pasado se ordenó la detención de las cuotas sindicales. Asimismo, advirtieron que Orozco realizó más de 30 contrataciones ilegales, ya que no respetó los estatutos de la institución ni el contrato colectivo de trabajo.