El gobernador del Banco de México (BdeM), Agustín Carstens, expuso ante senadores que el aumento de la violencia y la inseguridad se ha convertido en los últimos meses en el factor más importante para inhibir el crecimiento y la inversión en el país.

El funcionario aclaró que no se trata de un juicio del Banco de México, sino de la opinión de empresarios que están a nivel de cancha; es resultado de las encuestas que aplicamos y cuando preguntamos qué factores pueden inhibir el crecimiento y la inversión, pues sí, la violencia es un tema que sin duda ha tenido cierta prominencia; sin duda reportan que es un factor que afecta sus decisiones de negocios.

Durante una reunión de trabajo con la Comisión  de Hacienda del Senado, el gobernador del banco central fue interrogado sobre este tema por el perredista Tomás Torres. Su respuesta fue que hay una gran inversión en diferentes sectores, como el automotriz, la aviación, en instrumentos financieros, y el hecho de que el gobierno y el Estado mexicano esté enfrentando frontalmente al narcotráfico, eso nos ayuda, pues hay una realidad que no se puede soslayar y habría que reconocer que sí (la violencia) es un factor que puede inhibir la inversión y el crecimiento económico.

José Isabel Trejo, presidente de la Comisión de Hacienda, resaltó que el informe que ayer presentó Carstens es el primero en la historia de este país, el primero en el Senado y el primero en la historia del Banco de México. Carstens sostuvo que para la economía mexicana, “realmente el año 2010, y lo que se perfila para 2011, son años muy buenos (…) desde el punto de vista de la macroeconomía, e incluso yo digo que para un banco central no hay mejor combinación, no hay mejor año en el cual se dé una combinación de tasas de crecimiento acelerado, mayores a las esperadas, y tasas de inflación bajando, menores de lo esperado”.

Detalló que ése fue el escenario que se presentó en 2010; en los criterios generales de política económica, a finales de 2009-2010, la perspectiva de crecimiento era de una tasa de 3 por ciento y ésta resultó ser de 5.5.

La inflación el año pasado se esperaba de 5.25 por ciento y resultó ser de 4.4. El crecimiento, más allá de limitarse, se está acelerando; en el último trimestre han subido las expectativas de 3.5 a 4.1 por ciento, y las perspectivas del banco son que para 2011 estará entre 3.8 y 4.8 por ciento.

Por lo que respecta a la inflación, resaltó, la última cifra emitida por el banco, la correspondiente a la primera quincena de marzo en términos anuales, trae 3.1 por ciento, la cual es una cifra bastante buena.

El gobernador del BdeM destacó la perspectiva de crecimiento de México: Tenemos un marco macroeconómico sano; no tenemos problemas estructurales de macroeconomía, es decir, contamos con un sistema financiero sano, una razón de deuda sobre PIB del sector público bajo control, la política monetaria se ha mantenido firme; eso ha dado confianza a muchos inversionistas y ha traído recursos importantes. Realmente eso ha influido sobre el tipo de cambio.

Esos recursos, precisó, se han canalizado mayoritariamente a instrumentos de mediano y largo plazos. Es decir, no nada más están concentrados en muy corto plazo, sino que cerca de 70 por ciento de esas inversiones están colocadas a más de cinco años, lo cual es importante porque nos dará estabilidad hacia adelante.

Carstens aseguró a los senadores que en el futuro habrá eventualmente una reversión o corrección en la política monetaria. Eso podría afectar las inversiones en nuestro país. Sin embargo, confío en que sosteniendo la solidez macroeconómica de México podremos enfrentar esa posible reversión en el futuro de manera solvente.

Para ello, subrayó, el Banco de México cuenta con 122 mil millones de dólares de reservas acumuladas. Eso nos protege y nos prepara para tener municiones, por decirlo así, en caso de que se presenten reversiones de capitales.