El gobierno de Siria entra en contacto con una parte de la disidencia
Miércoles 6 de abril de 2011, p. 28
Saná, 5 de abril. Al menos cinco personas murieron y 15 resultaron heridas en Saná en enfrentamientos entre manifestantes opositores y partidarios del presidente yemení Alí Abdalá Saleh, un día después de que 19 personas perdieron la vida en la ciudad de Taiz y dos en Hodeida por disparos de las fuerzas de seguridad y hombres vestidos de civil.
Nuevas manifestaciones de protesta se produjeron hoy en Taiz para demandar la renuncia de Saleh, que lleva 32 años en el poder, las que fueron otra vez reprimidas por la policía.
El Pentágono dijo que no planea suspender la ayuda militar a Yemen pero reiteró que debe iniciar una transición pacífica del poder, al tiempo que el Consejo de Cooperación del Golfo invitó al gobierno yemení y a la oposición a negociaciones en Arabia Saudita, en fecha por fijarse.
El gobierno ya aceptó el diálogo mientras los principales grupos de la oposición responderán cuando reciban detalles sobre las conversaciones. Por su parte el general Alí Mohsen, un líder militar clave que desertó del ejército para apoyar las protestas, también accedió a la propuesta.
Así las cosas, el periódico The New York Times, que citó a analistas de inteligencia y diplomáticos, señaló que desde que comenzó la revuelta, Al Qaeda actúa con más libertad en Yemen al haberse detenido todas las operaciones contra el terrorismo, lo que permite también eventuales ataques en Europa y Estados Unidos.
En Marruecos, un comité formado por el rey Mohamed VI para revisar la Constitución invitó a un movimiento juvenil de protesta a participar en una consulta sobre reformas democráticas que lleva adelante junto con partidos políticos y sindicatos.
En Siria, el gobierno entró en contacto, a través de mediadores, con parte de la oposición, en especial con los grupos kurdos, pero su interés es establecer comunicación con los jóvenes manifestantes, que desde hace más de tres semanas reclaman reformas.
El gobierno del presidente Bashar Assad intenta hacerse una idea del punto de vista de los diferentes grupos para establecer el grado de conexión que existe entre ellos, mientras en Egipto el ejército advirtió que no permitirá que facciones extremistas religiosas controlen el país.