Sociedad y Justicia
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Desde 2002 la Conafor aplica en el sureste de Veracruz más de 6 millones y medio de pesos

Comienzan a recuperarse bosques de manglares en los Tuxtlas

En los ejidos Moral y Mosquitero la reforestación es tan exitosa que sus habitantes han vuelto a aprovechar la madera, mientras en la laguna de La Mancha reapareció el cangrejo azul

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Así lucen las marismas nacionales o esteros donde predominan los manglares ubicados en los humedales de la Boca de Teacapan, municipio de Escuinapa, en Sinaloa. Imagen captada en noviembre de 2010Foto Francisco Olvera
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Periódico La Jornada
Martes 5 de abril de 2011, p. 39

Catemaco, Ver. Los bosques de manglares, uno de los ecosistemas que más resentirán los efectos del cambio climático, comienzan a recuperarse poco a poco en la zona de los Tuxtlas, con la finalidad doble de cuidar el medio ambiente y promover la reactivación económica.

El apoyo se dirige especialmente a dicha región, ubicada en el sureste de Veracruz, ya que esta entidad ha ocupado desde inicios de la década el quinto lugar nacional de deforestación, uno de los elementos que agravaron las huellas de los recientes huracanes e inundaciones.

En todo el estado, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) ha aplicado desde 2002 un esquema de recuperación en 2 mil 379 hectáreas de mangle, con un fondo de poco más de 6 millones y medio de pesos, según datos oficiales de dicha dependencia.

La Laguna de Sontecomapa, en el municipio de Catemaco, sufría desde hace varios años una pérdida progresiva de sus manglares, a causa de la explotación inustentable que habían hecho de ellos la industria tabacalera, los taladores clandestinos y las propias comunidades aledañas.

Los pescadores notaron los efectos negativos de la pérdida de masa forestal cuando su nivel de producción se fue en picada: sin arbustos donde esconderse, alimentarse y desovar, los peces comenzaron a huir a otra parte.

Uno de los primeros encargados de recuperar los manglares rojo, negro y blanco de la región –labor sobre la que muchos pobladores estaban escépticos– fue Francisco Valentín Ocelo, quien en agosto de 2004 inició el trabajo con un apoyo de 270 mil pesos para 70 hectáreas en total.

Los riesgos y el cansancio valieron la pena, porque a seis años de iniciado el proyecto la pesca de camarón cristal, robalo, pargo, mojarra, jaiba y chucumite ha comenzado a repuntar, lo cual beneficia a unas 200 familias de la localidad, afirmó Ocelo en entrevista con La Jornada, durante un recorrido por la zona.

El trabajo lo hicimos los más valientes, porque entre las hierbas hay serpientes, y hace mucho calor. Pero nunca nos pasó nada y el esfuerzo logró ganar el reconocimiento de personas que al principio no creían en él y daban por perdido el manglar, recordó.

Durante la época en que el bosque de arbustos leñosos estaba virgen, en la laguna podían verse peces constantinos e incluso algunos manatíes, especies desaparecidas por la voracidad de los saqueadores.

Desde 2004, el mangle ha crecido apenas un metro por año, proceso lento que los pescadores se han encargado de vigilar mediante comités de inspección que evitan la tala clandestina, actividad perseguida desde hace dos años por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.

A pesar de ello, empresas agropecuarias y tabacaleras siguen recurriendo a esta madera, que es muy resistente a la humedad, lo que pone a los bosques en peligro permanente de aprovechamiento inmoderado, apuntó Gerardo Narváez, subgerente de producción y productividad de la Conafor en Veracruz.

Además de servir de refugio natural de peces y otras especies animales, los manglares son una barrera natural de amortiguamiento contra eventos meteorológicos extremos, entre ellos el pasado huracán Stan, agregó.

En la labor de reforestación, el papel de las mujeres ha sido fundamental, como en el caso de los ejidos Moral y Mosquitero, también pertenecientes a la zona de Catemaco, donde la recuperación ha sido tan exitosa, que sus habitantes obtuvieron permiso para aprovechar de nuevo la madera del sitio, sin comprometer su equilibrio. También se están atendiendo manglares en la laguna de La Mancha, Alvarado y Tamiahua. Tenemos testimonios de que han reaparecido especies que ya estaban en la norma de protección, como el cangrejo azul, afirmó Narváez.

La recuperación del mangle lleva su tiempo, aunque en México los turnos son más cortos que en otros países. Al principio creían que la reforestación era una locura, pero ahora genera empleo, y eso ataca la migración. Ése es el objetivo que impulsa la Conafor, señaló.