Opinión
Ver día anteriorMartes 5 de abril de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Itacate

Ciudad desconocida

L

a ciudad de México es una de las más populosas del mundo; encierra historia e incontables sorpresas para quien la ame y esté dispuesto a caminar por sus calles y avenidas. Así lo muestra Ciudad de México, ciudad desconocida, que en edición del propio autor con el sello Alebrixe acaba de publicar Édgar Anaya Rodríguez, con prólogo de Elena Poniatowska.

Elige este escritor y viajero incansable cien lugares de interés entre los muchos que hay en este DF. Ahí encontramos desde sitios arqueológicos, como el Mazatépetl en el pueblo originario de San Bernabé Ocotopec, hasta lugares donde podemos tomar un baño de temascal, como Tlaltenco, en Milpa Alta; lugares en las zonas rurales, como el valle de las Monjas, en Cuajimalpa, y sitios en el corazón de la urbe, como el Tecpan, de Tlatelolco.

Hemos elegido para este Itacate, aquellos que se relacionan con la comida, especialmente los que surten de alimentos a esta panza voraz. Uno es, desde luego, la Central de Abasto (Ceda) del DF. En palabras del autor, desde las más humildes fondas y recauderías a las más grandes tiendas y elegantes restaurantes, el folclórico tianguis y los mercados fijos, hoteles y vendedores ambulantes, todos se nutren con el producto que brota de aquí por toneladas.

Los números son impresionantes: la Ceda ocupa 327 hectáreas; ahí se mueven más de 20 mil toneladas de alimentos, como frutas y verduras provenientes de 22 estados, que se distribuyen en casi 2 mil bodegas. Es también muy grande el número de vehículos que llevan y traen estos alimentos.

Contigua a la Ceda, pero independiente, se ubica la Nueva Viga, donde se expenden pescados y mariscos. Todo el mar parece reunirse en esas nueve hectáreas de vendimia marina, donde hay bodegas y marisquerías.

Al amanecer, en ambos lugares todo es movimiento, entrar y salir de vehículos, paso constante de personas y de los llamados diablitos; ni en el infierno hay tantos, comenta Anaya.

Hay luces y sombras en esta Central de Abasto, pues muchas veces se fijan precios que no cubren el trabajo del productor, para luego vender a precios muy altos para quien compra al menudeo; pero no cabe duda que es interesante conocer este efervescente lugar.

El mercado de San Juan, cuyo nombre oficial es Ernesto Pugibet, tiene otras características. Édgar Anaya lo define como casi un museo de alimentos. Mucho habría que escribir de él; lo haremos en otra ocasión.

El libro será presentado hoy en el Foro Cultural de La Magdalena Contreras (Camino Real de Contreras en La Conchita), a las seis de la tarde.