El paleontólogo uruguayo dice que halló cerca de 200 huesos marcados con herramientas
Martes 5 de abril de 2011, p. 3
Montevideo, 4 de abriil. Al investigador uruguayo Richard Fariña le brillan los ojos cuando afirma, entusiasmado, que tiene fundado optimismo
en poder acreditar, científicamente, la presencia humana en América hace 29 mil años, evidencias que fortalecerían algunas de las teorías aún no aceptadas por los círculos académicos internacionales.
En su despacho de la estatal facultad de Ciencias, ubicada en Montevideo, Fariña guarda decenas de huesos encontrados en una zona rural cercana a Sauce, población del departamento de Canelones, ubicada a unos 40 kilómetros de la capital uruguaya.
Pero reserva y cuida celosamente una pequeña caja donde asegura que están las evidencias más contundentes, que por ahora no quiere hacer públicas, ya que después de recorrer todo el proceso de verificaciones y publicaciones piensa utilizarlas como el argumento más sólido para convencer a la comunidad científica internacional.
Yacimiento de una megafauna
Con su equipo de investigadores, formado por hombres y mujeres jóvenes de la facultad, el paleontólogo uruguayo explicó que desde 1997 se trabaja en el lecho de un arroyo
que en primavera y verano se seca y permite trabajar entre los meses de septiembre y marzo, aproximadamente.
Encontramos allí un yacimiento en el que hay muchos individuos de la megafauna, cuya existencia data de hace 30 mil años. Hay muchos ejemplares de una especie y representantes de otras. Tres géneros diferentes de gliptodonte, un cráneo de toxodonte, cuya apariencia recuerda al hipopótamo y al rinoceronte, pero no está emparentado con ellos, y decenas de huesos
desperdigados.
Hay al menos un individuo de cada una de las tres especies de gliptodontes, uno por lo menos de toxodonte y puede ser que haya más. En total ya son 200 piezas colectadas, pero hay más. Descubrimos todo para tener una imagen de conjunto. De acuerdo con la disposición de los huesos se sabrá si murieron de forma natural, allí o en otro lado, y si fueron arrastrados por la corriente o cazados por alguien
.
Fariña explica que si los huesos hubieran sido depositados ahí por la corriente de agua estarían en determinada dirección, pero están dispuestos de manera más caótica.
Pero lo más llamativo e importante, según Fariña, es que muchos de esos huesos tienen marcas que, en un primer estudio, no se descarta que sean producidas por herramientas humanas. Y algunos fragmentos alientan el optimismo
, agrega. Pero enseguida se contiene y aclara: Por ahora es lo que puedo decir. No quiero decir antes lo que debo decir después
.
La evidencia de huesos con algunas marcas ya fue publicada y se supone que son marcas de origen humano, por las características morfológicas, por el tipo de sección, orientación o disposición del hueso
. Se está investigando también para saber qué tipo de herramienta fue usada, si punzante, cortante u otra.
¡Éste es el hallazgo de mi vida!
, dice Fariña, y explica que su trabajo es vocacional y en él invierte su vida y hasta su dinero.
En breve, Fariña tendrá novedades sobre el alcance de sus descubrimientos. Su prudencia a la hora de revelar detalles de sus investigaciones se justifica en el hecho de que la ciencia no es solamente el combate lógico de las ideas, sino que la ejercen personas, que tienen prejuicios. Entonces convencerlas requiere un cúmulo de evidencias contundente. Tenemos la esperanza de que las evidencias sean suficientes para que muchos lo consideren posible.
Para que estas investigaciones uruguayas sean avaladas por la comunidad científica internacional hay que seguir un precepto metodológico y, si en primera instancia no se aprueba, habrá que buscar más evidencias. Pero creo que esta vez tendrá un impacto mucho mayor
, sostiene Fariña.
Contra el paradigma aceptado hasta ahora de que la presencia humana en América data de unos 12 mil a 14 mil años ha habido algunas investigaciones también en Brasil y en Chile, pero no han sido aceptadas aún.