Gran flujo de divisas a los mercados, otro riesgo, según un foro sobre inversión
Domingo 3 de abril de 2011, p. 28
América Latina lucha por contener los riesgos inflacionarios, con sus autoridades acorraladas entre un aumento en los precios de los alimentos y el diluvio de dinero extranjero que ha impulsado los mercados de crédito. La inflación se ha acelerado en toda la región entre los altos precios de los alimentos y de energía, que normalmente representan una tercera parte o más del presupuesto de los hogares en la región.
Un impresionante flujo de divisas ha llegado a América Latina en el último año, con los inversionistas ávidos de un mayor rendimiento que los que ofrecen las economías avanzadas. En México, la compra de deuda a manos de extranjeros se triplicó en 2010.
El subgobernador del banco central de Brasil dijo que el flujo de capitales ingresando al país estaba trayendo consigo una euforia crediticia e inflacionaria. Sin embargo, datos difundidos el viernes mostraron que el déficit comercial de Brasil se amplió más de lo previsto por los altos precios de las materias primas, lo que dio cierto alivio en medio de una moneda fuerte que ha estado impulsando la demanda doméstica.
Con las tasas de interés en Estados Unidos cerca de cero, el creciente costo del crédito en América Latina trae más inversión extranjera, lo que podría calentar la economía de la región.
El banco central de Brasil, la mayor economía de la región con un crecimiento cercano a 8 por ciento el año pasado, señaló esta semana que el costo de mantener la inflación debajo de 5.6 por ciento en 2011 podría ser muy elevado
. Brasil tiene un objetivo de inflación de 4.5 por ciento.
Los inversionistas vieron esto como una señal de que Brasil podría ser más moderado en las alzas en sus tasas de interés y depender más de otras medidas para controlar la inflación, incluyendo frenos a los préstamos bancarios. También, en una tendencia de la que se habla en la región, Brasil planea combatir la inflación recortando el gasto público.
La inflación en algunos países se está acelerando en forma vertiginosa. El jefe del banco central de Venezuela dijo a Reuters que espera que los precios crezcan en 2011 27 por ciento, como el año pasado.
Autoridades de Perú, Brasil y Chile se comprometieron esta semana a adoptar medidas alternas para controlar los precios. Algunos gobiernos de la región están preocupados en ir demasiado lejos en su lucha en contra de la inflación, si los altos precios del crudo golpean a la economía global.
El jefe del banco central de Perú, Julio Velarde, dijo en el Foro de Reuters sobre Inversión en América Latina que elevar fuertemente la tasa de interés clave ante la incertidumbre mundial sería como frenar en una pista de hielo
el vigoroso crecimiento económico del país.
La encrucijada de la región es si su principal herramienta para controlar los precios también impulsa la inflación.
Chile señaló que sus planes por frenar un aumento en el gasto público debería quitar presión al banco central para elevar su tasa de interés, que ha subido a 4 por ciento desde 0.5 por ciento desde junio.
Después de nuestro paquete, ya hemos visto algunas señales de que las expectativas de inflación están bajando
, dijo el ministro de Hacienda chileno, Felipe Larraín, esta semana.
En Perú, la inflación se aceleró en marzo a su mayor tasa en cerca de tres años, despertando presiones sobre un eventual endurecimiento de la política monetaria.
Lo que tratamos es evitar efectos de contaminación de otros precios y que los márgenes en un escenario fuerte de la demanda no se amplíen
, señaló el jefe del banco central de Perú, Julio Velarde.
Además del aumento a la tasa de interés del mes pasado, el banco central de Perú dijo que elevó los estándares para las reservas bancarias.
El gobierno de Uruguay está listo para ayudar al banco central en el combate a la inflación, después de que el jefe de la entidad monetaria dijera el fin de semana que la política monetaria no era suficiente
.
En Argentina, el candidato presidencial de la oposición, Ricardo Alfonsín, dijo que su país necesita fijar un objetivo inflacionario, que algunos organismos privados calculan en cerca de 25 por ciento, más del doble que la tasa oficial.