El escenario para la renovación de la dirigencia nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) se complica ante la falta de consensos. Camilo Valenzuela, presidente de la mesa directiva del Consejo Nacional, dijo que el próximo sábado podría instalarse la sesión y decretarse de inmediato un receso hasta lograr un acuerdo o de plano someter a votación las propuestas que se presenten, con el riesgo de que ninguna alcance las dos terceras partes de aprobación acordadas.

Otros perredistas consideran que podrían pugnar porque se cambie el mecanismo, y entonces quien tenga más votos sea presidente, y el segundo lugar secretario general. Nadie ha hablado, hasta el momento, de cómo quedarían integrados los demás órganos: Comisión Política Nacional, secretariado, órganos autónomos. Si se aplica el principio de proporcionalidad o dependerá del peso de las corrientes perredistas.

Dolores Padierna aún no obtiene la aprobación del llamado Grupo de los Ocho a su candidatura. Ayer por la mañana tuvieron una reunión dirigentes de las corrientes que lo integran y el tema no fue discutido.

Se prevé que este bloque, el cual está integrado por Izquierda Social, Unidad Nacional de las Izquierdas, Izquierda Democrática Nacional, Grupo de Acción Política, Democracia Social, Movimiento Cívico, Movimiento de Liberación Nacional-Redir, entre otros, se reúna en breve con el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, para analizar la situación y hablar en torno a la propuesta que presentó el sábado pasado para llevar como candidato de unidad al diputado federal Armando Ríos Piter.

Lo cierto es que hasta el momento ninguno de los nombres propuestos –incluidos Jesús Zambrano y Juan N. Guerra– alcanza el consenso. Las opiniones están divididas.

En el Grupo de los Ocho se plantea que Padierna ha sido la única que se ha pronunciado contra las alianzas del PRD con el PAN, y que los otros, basados en quienes los impulsan, representarían la continuación de la línea política de Jesús Ortega Martínez.