Llamado en Facebook a la Protesta por una generación desesperada, que reunió 65 mil firmas
Domingo 13 de marzo de 2011, p. 26
Lisboa, 12 de marzo. Miles de jóvenes trabajadores precarios se manifestaron este sábado en Lisboa y otras 10 ciudades, al responder a un llamado de un grupo de jóvenes mediante una página de Facebook.
No hay libertad en la precariedad
, gritaban los asistentes que salieron a las calles en un ambiente festivo.
La manifestación, convocada por la página titulada Protesta de una generación desesperada
, que juntó más de 65 mil firmas en pocos días, recibió el apoyo de varios artistas de renombre, de la extrema izquierda, del Partido Comunista y también de la juventud de un partido de centroderecha.
La mitad de la población portuguesa está desempleada o tiene un trabajo precario, lo que muestra que esta situación es insostenible
, afirmó a la agencia de noticias Afp Joao Labrincha, desempleado de 27 años y uno de los cuatro fundadores del movimiento.
Un 10.8 por ciento de la población activa de Portugal está sin trabajo, lo que representa 620 mil desempleados, de los cuales la mitad tiene menos de 35 años y 10 por ciento son diplomados.
Portugal tiene además un nivel de precariedad laboral muy elevado, con 720 mil personas con contratos temporales.
Ante las dificultades financieras del país, el gobierno socialista adoptó el pasado viernes un plan de severas restricciones presupuestarias para reducir su déficit público a costa de reducir las prestaciones sociales. Entre las medidas se anunció la congelación de pensiones hasta 2013; además las jubilaciones mayores de 2 mil dólares pagarán un impuesto especial, equivalente al descuento que se aplicó a los salarios de los empleados públicos, que fue de 5 por ciento.
Lisboa también recortará gastos en salud, educación, pagos a ciudades y anunció nuevas reformas en el mercado de trabajo y el sector financiero. El ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, dijo que el gobierno busca profundizar sus reformas estructurales, particularmente en el mercado laboral, donde planea recortar las indemnizaciones por despido de 30 a 10 días y fijar un pago máximo equivalente a 12 meses de sueldo.
Con estas medidas busca reducir el gasto este año en 0.8 por ciento del producto interno bruto (PIB). El gobierno se comprometió a bajar el déficit presupuestario de 7.3 por ciento calculado en 2010, a 4.6 por ciento para 2011.
El anuncio se hizo mientras se dio a conocer que el PIB se contrajo 0.3 por ciento en el cuarto trimestre de 2010. Es la primera vez desde el cuarto trimestre de 2009 que la economía portuguesa se contrae, confirmando los temores sobre los efectos recesivos de las medidas de austeridad adoptadas por el gobierno para reducir el déficit público.
Asimismo el diferencial de la deuda portuguesa subió seis puntos frente al bono de referencia alemán por preocupaciones sobre su capacidad de financiarse sin ayuda externa.
Portugal es visto como el siguiente candidato a pedir un rescate internacional, como lo hicieron el año pasado Grecia e Irlanda.
España es otro de los países que se encuentran bajo la lupa de Europa por su déficit fiscal y la presión sigue en aumento. Esta semana la agencia de calificación Moody’s rebajó la nota de España un escalón, de Aa1
a Aa2
, con perspectiva negativa, y se declaró escéptica sobre la capacidad del país para reconducir sus finanzas y preocupada por el costo de la restructuración bancaria. Moody’s ya había retirado a finales de septiembre su nota máxima Aaa
a Madrid, siguiendo la tendencia de Standard and Poor’s y Fitch. El anuncio volvió a agitar los mercados mundiales.
Por ello, países miembros de la eurozona reforzaron este sábado su fondo de rescate financiero al dotarlo de mayor capacidad de préstamo y permitirle comprar en los mercados deuda pública de los países más frágiles, al tiempo que mejoró las condiciones del crédito a Grecia, aunque se lo negó a Irlanda.
Reunidos en una cumbre en Bruselas los 17 líderes de la zona euro trataron de enviar un mensaje de confianza a los mercados, que reclamaban desde hacía meses un dispositivo firme para proteger la estabilidad del euro y los países con mayores problemas financieros, como actualmente Portugal.